"Hay que acercar los otros mundos a nuestro mundo", esa frase de Rosa María Calaf, la ex corresponsal de TVE en Roma, Moscú y Pekín, resume la interculturalidad y el motivo del debate de periodistas, investigadores y profesores en la sesión de ayer del foro de Córdoba.

Profesionales de la comunicación debatieron sobre el efecto de los medios en la transmisión de la diversidad en una mesa redonda donde participó el presidente de la Asociación de la Prensa de Córdoba y redactor jefe de CORDOBA, Manuel Fernández. Antes, en la sesión plenaria, la embajadora para la Alianza de Civilizaciones, Victoria González, había dirigido un debate sobre ciudadanía e identidad para reflexionar sobre "identidad múltiple en nuestra sociedad vinculada a diferentes religiones, etnias y condiciones sociales, buscando un equilibrio entre esas identidades". La inmigración, el miedo a la misma, y el conflicto y las formas de solucionarlo estuvieron en el debate continuamente.

El ambiente del foro adquirió un tono más práctico con la proyección de un documental de la organización Parents Circle , que reúne a israelíes y palestinos con familiares fallecidos en ese conflicto, que buscan superar las heridas "con empatía, que no significa estar de acuerdo con el otro pero sí entenderlo", según Robi Damelin, una madre israelí que perdió un hijo en el conflicto. Mazen Faraj, representante palestino de la asociación, reivindicó la educación, palabra clave en este foro, y narró la experiencia de familiares de víctimas de los dos lados del conflicto en escuelas "porque israelíes y palestinos no se conocen".

Por la tarde, una mesa redonda analizó el papel de los medios a la hora de difundir el rechazo al islam, "que ha aportado mucho al mundo y es patrimonio de todos, porque todos somos resultado de muchas aportaciones", reflexionaba Encarna Gutiérrez, de la Fundación Cultura Islámica. Por su parte, Irena Guidikova, del Consejo de Europa, calificaba este foro como "impresionante", por su capacidad de explicar la interculturalidad como "una forma de compartir espacios". Afirmaba que es "positivo" que Córdoba analice la interculturalidad para su futuro y daba como ejemplos de ciudades con políticas positivas de interculturalidad Barcelona, Lyon, Reggio Emilia y Oslo. Todo muy sesudo pero, decía Calaf, "Córdoba tiene el ´tempo´ para reflexionar sobre las cosas, no como otras ciudades".