El fast food ha dejado de ser un producto made in el extranjero para embarcarse en el ámbito de lo más local y, por lo que se ve, lo hace pisando fuerte. Pizzón Pizza y Bocatas Calentitos son dos redes de franquiciado con origen en Córdoba que viven en plena crisis un aumento de las ventas gracias al auge del concepto de comida rápida.

"Actualmente contamos con dos establecimientos propios y nueve franquiciados en Córdoba, Sevilla y Bilbao, aunque próximamente se inaugurarán dos nuevos en Madrid y en Sevilla", explica Gregorio Serrano, director de franquicias de la cadena, quien detecta el creciente interés de "nuevos inversores procedentes del sector inmobiliario que apuestan ahora por diversificar su negocio". El ahorro es sustancial a la hora de pagar la cuenta. Con catorce euros, puede comer una familia y, si la familia en cuestión prefiere quedarse en casa, pues la comida llama a la puerta y en paz. De momento, hay cinco puntos de venta en Córdoba.

BOCATAS CALENTITOS En la misma línea del fast food a la cordobesa se mueve la red de Bocatas Calentitos, una empresa de restauración con orientación popular cuya vocación es "ofrecer un producto típicamente español y andaluz, el mollete o pan crujiente del día, aderezado con un amplio surtido de contenidos posibles (desde hamburguesas a perritos calientes) que se pueden aderezar con el toque de las salsas caseras". El precio del mollete ronda los 3 o 4 euros y, tanto por la variedad como por las dimensiones del bocata, muchos consideran que gana a la oferta de otras cadenas internacionales de fast food . En este caso, no hay servicio a domicilio, pero sí se admiten encargos vía telefónica para que el cliente no tenga que esperar colas.