--¿Cuándo surge la Fundación?

--La Fundación procede de un antiguo Patronato de Viviendas de Casas Baratas que se funda en los tiempos de la Guerra Civil, precisamente para reedificar lo que se iba destrozando y poder ir reubicando a la gente. El Patronato, hasta hace pocos años, estaba regido por personal militar. Hasta hace pocas décadas lo presidía el gobernador militar de Córdoba y hoy ha evolucionado a la Fundación San Rafael.

--¿Qué supone ser el primer presidente civil de esta Fundación cuando antes tenía un carácter militar?

--El hecho de ser presidente de la Fundación San Rafael, que desarrolla una importante labor social durante tanto tiempo y con tanta gente, me llena de orgullo. Ello amplía la imagen de universalidad de la propia fundación, que mucha gente consideraba que estaba exclusivamente vinculada a personal militar, que no ha sido así ni siquiera desde el principio. Ahora, con el cambio de la cabeza rectora del Patronato que rige la Fundación más civil, se da una imagen menos localizada a un cierto estamento.

--¿Quién forma parte del Patronato de la Fundación?

--Representantes importantes de la sociedad cordobesa como es el subdelegado del Gobierno, el obispo de la Diócesis y el presidente de Cajasur, así como otros patronos a título personal y no institucional. Se trata, por tanto, de una fundación de carácter benéfica donde están representados la mayor parte de los estamentos cordobeses y su campo de acción está dirigido a todos los cordobeses que, de una u otra forma, sufren algún grado de marginación económica o social. No se refiere solo a la promoción, construcción o alquiler de viviendas de protección oficial, incluyendo el régimen especial, para los que más necesitan de ellas, sino que, además, en nuestro objeto social está también el de aquellos otros que realizan actividades sociales, cívicas o educativas que de alguna forma vayan destinados a apoyar al entorno social en el que estamos.

--¿Qué proyectos inmediatos tienen en esta entidad?

--En nuestra actividad, que ha sido la de procurar viviendas tanto en régimen de alquiler como en venta a las clases más necesitadas de ellas, la Fundación posee una importante bolsa de suelo destinado a viviendas de Protección Oficial en el PAU--04, un suelo urbanizable que hay por la carretera de Trassierra, un poco más adelante de donde irá el futuro Hipercor. El problema es que el planeamiento urbanístico se mide por unos tiempos muy largos. Teóricamente debería estar acabada la urbanización y ni siquiera se ha comenzado. La aparición de restos arqueológicos, no de mucha importancia, ha ralentizado un poco el desarrollo del plan urbanístico en esta zona. Esperamos que con la ayuda de las instituciones se pueda solventar todo cuanto antes al objeto de que se puedan construir ahí viviendas de Protección Oficial. Después de la experiencia nueva de la Fundación como es la Residencia de Mayores San Rafael no descartamos el poder seguir acometiendo más acciones de este tipo para la tercera edad, grupos marginados a través de actividades que no sean solamente de búsqueda de alojamiento. En el PAU--04 esperamos que algunos de los núcleos residenciales que vamos a construir allí como viviendas de Protección Oficial estén adaptados a personas con problemas de discapacidad para poder atender no solamente la necesidad de falta de medios para adquirir una vivienda, sino también para poder atender a las necesidades de tipo personal o familiar que tienen grupos de nuestra sociedad.

--¿Cuál ha sido el momento más emotivo desde que es presidente de esta Fundación?

--Sobre todo cuando se cerró totalmente el convenio urbanístico que se firmó para el desarrollo de toda la zona en la que se levantó la Residencia San Rafael, en la carretera de Trassierra, que se hizo hace más de una década, que ha costado bastante llevarlo a cabo y que no hubiera sido posible sin la combinación de mucha gente, sobre todo el Ayuntamiento, a través de la Gerencia de Urbanismo; de la Asociación de Vecinos, que ha sido un elemento clave para culminar esa operación que comenzaba por el realojo de 98 familias que vivían allí. Se ha contado con la defensa de los intereses de cada una de las partes implicadas y de una generosidad tremenda para entender los intereses de las otras partes. Otro momento emotivo fue la colocación de la primera piedra de la residencia, y la inauguración de la misma, porque supuso la culminación de un proceso urbanístico y social de esa zona muy complejo que, con la colaboración de todos, se ha desarrollado, y por otra parte el abrir nuevos horizontes a esa acción y a esa actividad social que pueda desarrollar una entidad benéfica como es la Fundación San Rafael.

--¿Algún agradecimiento?

--Si no fuera por el Ayuntamiento, a través de todos sus departamentos, y fundamentalmente de la Gerencia de Urbanismo, no hubiéramos podido concebir y culminar ese convenio de reconversión urbanística de la zona, ni hubiéramos podido edificar la residencia porque está sobre suelo municipal, del que se nos ha cedido el derecho de superficie durante 75 años. Sin la colaboración de los vecinos en todo el proceso no se hubieran desarrollado todas esas etapas.