Hoy se conocerá en qué se nos queda la versión mini de aquel ambicioso --y precioso-- Palacio del Sur proyectado a principios de la década por el arquitecto holandés Koolhaas, frustrado por el tiempo y el dinero, dos conceptos que se trasformaron en obstáculos insalvables y que parecen bajo control ahora: 67 millones de presupuesto --aparcamiento arriba o abajo--, una cifra digerible, y una hoja de ruta precisa, con final de proyecto listo para adjudicarlo en noviembre a más tardar. Todo, aparentemente, está bajo control. ¿Será verdad?