Existen muchos albergues y refugios de animales pero es el de El Arca de Noé de Córdoba el que vive actualmente sus días más difíciles. Su sede se encuentra situada en la zona de las Siete Fincas, un terreno reconocido en el Plan General de Ordenación Urbana como suelo no urbanizable, sin posibilidad de ser reconducido, en el que la protectora convive con varios parcelistas, los cuales han interpuesto varias denuncias en el Ayuntamiento por ruido y olores que se desprenden de dichos terrenos.

El Ayuntamiento asegura que la situación no se puede prorrogar durante más tiempo, ya que lleva prolongándola desde el 2005. El teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña, explica que al ser suelo no urbanizable el albergue no puede llevar a cabo sus actividades en dichos terrenos e insiste en la necesidad de que la asociación desaloje las instalaciones. Además, el Consistorio alude a un informe elaborado por la Consejería de Salud en julio del 2006, en el que tras una inspección sanitaria comprueban "ladridos continuos de los animales, precarias condiciones higiénicas, olor insoportable y existencia de garrapatas e insectos en las fincas de los demandantes".

El Arca de Noé presenta la declaración del albergue, por parte de la Junta, como núcleo zoológico, un informe de la Consejería de Agricultura y Pesca (encargada de dichas actividades) en julio del 2006, en el que asegura que el resultado de la inspección fue favorable y los gastos veterinarios de la asociación del último año por valor de 31.159 euros. Por su parte, los vecinos han preferido mantenerse al margen hasta el momento y no hablar si no es en presencia de su abogado.

Sin embargo, la situación actual de los animales es adecuada, poseen sus cartillas de vacunación en regla, chips de identificación, están aseados y bien alimentados y reciben todos los cuidados veterinarios necesarios. Según informan los responsables de El Arca de Noé, "limpiamos las instalaciones todos los días y cada tres meses procedemos a la desinfección de las mismas". De lo cual se deriva, añaden, que los olores de la finca no son desagradables ni distan de los que se desprenden en otros terrenos de la sierra cordobesa.

Por último, Andrés Ocaña aseguró ayer que le ha comunicado a los responsables de la asociación su intención de reunirse con ellos.