La alcaldesa, Rosa Aguilar podría situarse en un hipotético núcleo de alcaldes que van a su bola , políticamente hablando, con sus singularidades y su personalidad bien definida, con sus salidas del marco gregario, sus silencios cuando lo estima y sus opiniones libres como el viento cuando le parece. Lo malo es que ese tipo de regidores locales, como el que era de La Coruña, Francisco Vázquez; de Valencia Rita Barberá, o de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, campan a sus anchas con mayorías absolutas de las que ella, de momento, carece.

La alcaldesa estuvo esta semana en Madrid participando en el Fórum Europa, en el que habló de economía y de la penosa situación financiera por la que atraviesan las corporaciones locales españolas por, entre otras consideraciones, realizar servicios que no son de competencia municipal, pero también habló en el desayuno informativo que se montó para este evento en el hotel Ritz, en donde dio su opinión acerca de la posible huelga de jueces, una movilización que ella rechaza cuando la ha calificado de "kafkiana". Además, como ha hecho el presidente Rodríguez Zapatero, la alcaldesa ha vinculado esta huelga con el caso del juez Tirado.

No consigue Izquierda Unida que su querida Rosa Aguilar, una de las imágenes fuertes de esta formación en España, se bata el cobre de IU. Ella dice que se pelea por Córdoba y que sus obligaciones de la Alcaldía son tan estrictas y absorbentes que no le permitirán, a lo mejor, sumarse a la protesta que la organización tiene previsto realizar el próximo 1 de febrero en Sevilla en contra de la crisis y en defensa del empleo. Para más abundamiento, y no dispuesta a morder la mano que la alimenta (y a todos los alcaldes), no está Aguilar por la labor de criticar los fondos locales anticrisis habilitados por el Gobierno y por la Junta, pues menudo alivio van a suponer para las escuchimizadas arcas del Ayuntamiento. Así que, mientras el coordinador andaluz de la formación, Diego Valderas, anda viendo cómo critica al Gobierno de Manuel Chaves y cómo introduce sus propios conceptos para sortear la crisis económica, la regidora cordobesa recibe a la ministra de Administraciones públicas, Elena Salgado, que la presenta ante España entera como ejemplo de buen hacer a la hora de presentar los proyectos anticrisis (y verdad que es, que Córdoba está dispuesta a aprovechar a tope ese dinerito).

Se preguntaba Valderas esta semana en Córdoba si Aguilar tiene alguna queja de IU o si esta organización no la ha entendido en algunas ocasiones. Y ella, en vez de contestar, repite eso de que IU nunca la apartará de su objetivo primordial, que es Córdoba y los cordobeses, esa "ciudadanía", antes "sociedad civil" y antes aún "pueblo" que tanto gusta a los políticos.

Ahí estamos, que no sabemos muy bien por dónde nos llega el viento. Estuvo clarito el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, cuando, de visita a Córdoba la pasada semana, le preguntaron por el manido asunto de si Rosa Aguilar deja su organización y se enrola en la socialista. "Miren ustedes", vino a decir, "pregúntenle a ella. Nosotros estamos abiertos a todo el mundo desde el respeto a las personas y a sus organizaciones políticas, pero es ella la que tiene que decir qué es lo que quiere". Y recordaba Pepiño que lleva nueve años en cargos directivos del PSOE y los mismos oyendo que Aguilar se va al PSOE.

De momento no se moverá de Córdoba, y menos ahora que se ha despejado la reforma del aeropuerto y que tiene dinero para el centro de congresos.