Un gorrilla acusado de apuñalar y causar la muerte a un hombre que se negó a pagarle por aparcar en el entorno de la plaza de toros en febrero del 2006 --según el relato del ministerio público-- negó ayer en el juicio que él fuera el autor de la agresión mortal y, aunque admitió que mantuvo varias discusiones con la víctima, explicó que estas se debieron a asuntos de drogas y no a problemas con el aparcamiento.

Según declaró G.A.V. --uno de los dos acusados por este caso--, él conocía a la víctima porque le compraba hachís y explicó que la primera pelea que tuvieron fue porque le dijo que no le compraría más. Según su relato, la víctima le propinó entonces un puñetazo en la cara y él respondió lanzándole una botella.

El acusado, que dijo que se sentía amenazado por este hombre, añadió que el día de los hechos la víctima apareció andando en el aparcamiento de la plaza de toros "y se vino a por mí con una navaja y un cinturón con una hebilla en la mano". G.A.V. huyó y se refugió en un taller de coches, allí cogió un palo de madera y se fue en busca de la víctima para "darle un escarmiento". "Mi intención no era matarlo, sino decirle ya está bien", porque "había cogido el gusto" a amenazarlo.

Según su relato, siguiendo las indicaciones de unos rumanos, lo encontró en la calle Infanta Doña María, dentro de su coche, en compañía de su mujer y su hijo de nueve meses. Le instó a que saliera y este lo hizo "con dos cuchillos y un hierro" en las manos, momento en el que el acusado "tiró el palo y salió corriendo porque me dio miedo". En su huida, dijo, miró atrás y vio a la víctima sangrando.