La idea de Juan Cuenca es musealizar los restos arqueológicos en el sótano del edificio posterior. Para ello, tiene pensado un recorrido circular. El interior del inmueble se concibe como un espacio único de tres alturas iluminado cenitalmente, ya que las plantas alta, baja y la que está bajo rasante están comunicadas entre sí, por lo que la estancia "estará muy iluminada y ello favorecerá y revalorizará los restos", explica Cuenca. Su intención es que el recorrido se complete con una exposición y material infográfico, de forma que se transmita "una lectura clara" del pasado. A juicio de Cuenca, la importancia de este lugar es que "se convertirá en el hall de la ciudad".