Cuando alguien es un profesional brillante, a veces la talla personal queda en un segundo plano de manera injusta. El doctor Carlos Jiménez ha trabajado con Manuel Gala durante más de 30 años y, tras desgranar sus múltiples logros profesionales ("que son muchos y muy grandes"), lo describe como un hombre "educado, un señor, en definitiva, un caballero". Sus colaboradores destacan que en lo profesional, el doctor Gala --que heredó de su padre la vocación por la medicina-- supiera dar espacio a sus colaboradores, incentivando su crecimiento profesional, de manera que hoy "somos quienes somos gracias a él".

El doctor Ildefonso González abunda en la dimensión humana de Gala, en su amabilidad y exquisito trato y coincide en definirlo como "motor clave del servicio de traumatología" del hospital Reina Sofía. Sus allegados añaden a la lista el calificativo de "hombre cariñoso, atento a los problemas, buen padre y buen esposo". Atrás deja cuatro hermanos, entre ellos el escritor y poeta Antonio Gala, seis hijos y ocho nietos y a su esposa Carmen, con la que estuvo toda la vida.

"Aunque como su hermano Antonio nació en Ciudad Real, siempre se sintió de Córdoba e hizo gala de su cordobesismo", concluye Carlos Jiménez.