Más de 750 jóvenes, en 13 autobuses, partieron ayer desde la Catedral con destino al Santuario de Guadalupe en la XII Peregrinación de jóvenes a Guadalupe, organizada por la Delegación diocesana de Juventud, el secretariado diocesano de Pastoral Universitaria y los Jóvenes de Acción Católica.

A las 7,40 horas comenzó la Santa Misa en la Catedral, presidida por el obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, quien destacó la labor de la Iglesia, "que ha alentado siempre las peregrinaciones para recordar el sentido más profundo de la vida: el lazo de unión con Dios propio del hombre".

Asimismo, Asenjo animó a los jóvenes a no tener miedo a ser santos en la sociedad actual y les señaló las notas características que deben guiar esta peregrinación: "El sincero espíritu de conversión", para lo que les animó a acercarse al Sacramento de la Reconciliación, o "la penitencia y mortificación", que, destacó, "vendrán solas durante estos tres días".

Este año la peregrinación coincide con la beatificación en Roma de un joven cordobés: Bartolomé Blanco Márquez, cuyo ejemplo será una de las notas destacadas de estos días.