Acompañada por varios cientos de personas, la popular imagen de la Virgen de la Paz y Esperanza recorrió, en la mañana de ayer, cinco templos del centro de la ciudad, dentro del recorrido del rosario organizado, como cada mes de octubre, por la cofradía de la que es titular.

La imagen, que fue llevada en parihuelas por miembros de su hermandad, comenzó su andadura a las diez de la mañana, e hizo la primera parada en San Jacinto, donde la imagen de la Virgen de los Dolores lucía, para la ocasión, el histórico manto de encaje de bolillos que llevaba 89 años sin utilizarse.

Prosiguió por la Divina Pastora, el convento de San Rafael (Capuchinas), las hermanas de la Cruz y el monasterio de la Inmaculada Concepción (Císter), en cada uno de los cuales se rezó un misterio del rosario.

El coro Paz y Esperanza, integrado por hermanos de la cofradía, ilustró con delicadeza y devoción los distintos momentos del itinerario de la Paloma de Capuchinos , en una mañana en que la luz y la agradable temperatura invitaban a quienes se encontraban en las calles del centro con el rumor de los rezos y el perfume del incienso a sumarse a la comitiva rosariana, que volvió a Capuchinos poco después del mediodía.