La delegada de Educación, Dolores Alonso, ha asegurado a Efe que ha solicitado un informe a la Delegación de Salud para confirmar si la aplicación del tratamiento que requiere un niño que sufre convulsiones febriles puede ser considerado un acto clínico que sólo deben realizar expertos y no los docentes.

La delegada se refería al caso del niño cordobés de 3 años que sufre convulsiones febriles y que no está matriculado porque, según sus padres, los docentes de su centro escolar no se hacen cargo de suministrarle una cánula rectal en caso de que sufra un ataque.

Si ese informe confirma que la aplicación de esa cánula no es un acto médico, la delegada ha afirmado que los docentes pueden realizarla, lo que pondría fin al conflicto ya que "los profesores no se han negado a darle la medicación al niño" y, además, este centro ya tiene experiencia en casos similares.

De hecho, la delegada ha pedido a los docentes del centro público que manifiesten por escrito su disposición a realizar este tratamiento o no.

No obstante, Alonso ha explicado que el niño estuvo anteriormente matriculado en otro centro y que fue trasladado al colegio público Colón por la cercanía de un centro de salud.

La delegada ha afirmado que los profesores están "continuamente pendientes" de los alumnos ya que "tienen la obligación de comportarse como padres amorosos ante estas situaciones".

Asimismo, ha explicado que las aulas del colegio dispondrán de un teléfono que conecte con la dirección del centro educativo para poder realizar una actuación más rápida.

Ha añadido además que equipos multidisciplinarios compuestos por sicólogos, sanitarios y pedagogos han visitado centros andaluces para explicar cómo actuar en estas situaciones y ha resaltado que en Córdoba se visitó precisamente el colegio Colón.