El obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, afirmó ayer que los seminaristas "son el futuro y la esperanza" de la Iglesia diocesana y universal, y resaltó que "están llamados por el Señor a entregarle la vida en el sacerdocio ministerial al servicio de los hermanos". Asenjo, que participó en la inauguración del curso académico 2007-2008 de los seminarios diocesanos mayor y menor San Pelagio y el seminario diocesano Misionero Redemptoris Mater Nuestra Señora de la Fuensanta, y del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Beata Victoria Díez, se dirigió también a los formadores, de los que dijo que "han recibido el encargo de la Iglesia de forjar el corazón sacerdotal de nuestros seminaristas".

DOCTRINA DE CRISTO Asimismo, destacó que los profesores "están llamados a trasmitir la doctrina de Cristo, en comunión con la Iglesia". El obispo tuvo también palabras de afecto para los alumnos del Instituto Superior de Ciencias Religiosas Beata Victoria Díez, que tan buena acogida ha tenido entre los laicos y que este año inicia su tercer año de andadura.

En el acto, en el que la lección inaugural estuvo a cargo del sacerdote Jesús Poyato Varo, el obispo de Córdoba recalcó que "el mundo de hoy necesita más que nunca de la presencia, la palabra, el perdón y el consuelo de Dios, que le llega por medio de sus sacerdotes, cuando estos viven sintonizando con el corazón de Cristo" y añadió que "la Iglesia necesita la presencia vigorosa y firme de pastores dispuestos a entregar la vida por las ovejas sin mermas ni recortes, sin tasa ni medida".

Tras la lectura de la memoria del curso 2006/07 por parte de Antonio Prieto Lucena, rector del seminario San Pelagio, tuvo lugar la lección inaugural a cargo de Jesús Poyato Varo, profesor del seminario y director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas sobre Fe cristiana y pensamiento europeo. Algunas pautas de comprensión . En su intervención, subrayó la relación entre la experiencia cristiana y el pensamiento europeo, así como ofreció algunas pautas de comprensión de por qué la experiencia cristiana ha llegado a ser problemática para el hombre actual.