Las encuestas lo dicen: la Navidad va perdiendo en sentido religioso, pero mantiene los conceptos familiares y de buenos deseos hacia los demás. Así que, haciendo honor a este último, los concejales del Ayuntamiento se reunieron ayer para, pelillos a la mar, disfrutar de una buena comida, de buen humor y de compañerismo. En un momento, y en el buen yantar de Las Palmeras de El Caballo Rojo, la oposición se tornó amiga, los gobernantes olvidaron el escalafón y la Corporación municipal hizo su almuerzo navideño como cualquier grupo de compañeros de trabajo de los cientos que se reúnen estos días. No está nada mal que dejen por un día sus cuitas y las broncas políticas y se reúnan para todo lo contrario: para compartir un rato divertido y de camaradería. En este caso la cosa no salió mal, pues terminaron cantando y bailando... ¡Ay, la Navidad!

Es ésta la segunda vez que los capitulares se juntan para olvidar rencillas en Navidad. No todos, pues hubo bajas no reprochables a enfrentamientos políticos o personales, sino a que varios de ellos, de los grupos de IU y PP, se encontraban fuera de Córdoba compartiendo estos días con sus familias.

Así que, con buen humor, los ediles dejaron polémicas urbanísticas, sus concepciones personales sobre cómo administrar el presupuesto, sus opciones aeroportuarias y el granito rosa y dieron cuenta de un menú compuesto de caldo, alcauciles y bacalao o rabo de toro, a elegir este último plato.

Entre ji ji ji ja ja ja, estos ediles--comensales tuvieron tiempo y oportunidad de hablar de asuntos no políticos y municipales. Y al término del almuerzo, copa, cante y baile de extrañas parejas, según cuentan algunos de los presentes, que concidieron en que el rato que echaron fue excelente. Sobre los comentarios hechos acerca de los que se atrevieron a coger el micrófono y cantar, mejor no reseñarlos. Parece que estos concejales hacen mejor función en sus despachos que imitando a uno u otro cantante. A lo mejor, la alcaldesa, conociendo de antemano como se las gastan sus compañeros en el arte de la música y el cante, salió huyendo del lugar y los dejó allí a todos juntos.

Esta será quizá la última oportunidad que tengan de reunirse. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina y algunos de ellos no volverán a ocupar un escaño en el salón de Plenos ni a compartir política en el Ayuntamiento.