Otros preferirán un surtido navideño, pero, a ver, los periódicos están hechos de palabras, y hoy toca desgastar el espacio de esta página sin preocuparse de que tenga contenido, solo para "referenciar" algunos de los lugares comunes que emplea la clase política para explicarse, o al menos eso creen ellos. No es que sea patrimonio de los políticos, pero ellos empiezan y los demás --vamos a meternos todos-- vamos detrás, siguiendo la corriente de introducir nuevas palabras cuando el significado se desgasta a causa del abuso.

Y como se acerca la campaña electoral, y proliferan los actos públicos de los políticos, hemos recopilado algunas expresiones recogidas aquí y allí, sin ton ni son, y las ofrecemos a mayor gloria del vacío existencial lingüístico que nos rodea.

Imagínense que son ustedes políticos. Que inauguran cualquier cosa. Qué digo yo. Por ejemplo, que inauguran el Portal de Belén que han colocado en casa y al que han hecho alguna reforma subvencionada por las administraciones. Para esta modalidad de acto les iría muy bien explicar al "conjunto de la ciudadanía", que "este portal quiere ser un referente para Andalucía, y ha sido posible gracias a las sinergias de las instituciones, que han sido capaces de implementar recursos para el desarrollo de los proyectos emprendedores de la sociedad".

¿Cómo se les queda el cuerpo? Comprendan que el mismo discurso, con sus sinergias, liderazgos, referentes, desarrollos y emprendedores, es aplicable a la apertura de una tienda, a un coche nuevo que ustedes compren, a una calle recién arreglada y al lucero del alba.

Otra escena podría ser la negociación de un convenio, o la firma de un acuerdo, o, en el caso de la "sociedad civil" (que somos nosotros, no en contraposición con el estamento militar o religioso, sino porque a los políticos se les quedó corta la palabra sociedad), el regateo en un puesto del mercadillo. Qué tal dirigirse a un ambulante "con la mano tendida", o mejor, "tenderle la mano" y conseguir la "unión de voluntades entre los agentes sociales" y, "en la Córdoba del consenso y del diálogo (las palabras diálogo y consenso hay que decirlas al menos seis veces) construir el futuro". O, ¿y sin en vez de construir el futuro lo conformamos? Pero no conformar de conformarse con algo, de aceptarlo con resignación, sino de formar una cosa. Esta palabra viene a ser, en uso político, la potenciación del formar cuando se queda corto el verbo, ya no formamos, sino que conformamos, no se si lo captan.

Vayamos ahora a inaugurar la Mezquita, que todo es posible. Para esta ocasión el asunto de la "alianza de civilizaciones" queda fenomenal, al tiempo que se puede hacer mención o referencia ("referenciar") a la Córdoba de la tolerancia y de las tres culturas para "sustanciar" el acto. Aquí es "esencial y fundamental" contar con la "colaboración de las administraciones" para "poner en valor" a "ese referente del sector" que todos destacan cuando se firma un protocolo y que se rompe o se guarda para siempre en un cajón nada más echar la rúbrica.

"Cordobeses y cordobesas, niños y niñas, ciudadanos y ciudadanas", y, por supuesto, "personas humanas" (?), prepárense para oír pronto toda esta retahíla de frases hechas, y otras más, que se sueltan a cada momento, en cada acto público o institucional. Nosotros, conscientes de que en modo alguno hemos agotado las posibilidades, tomamos el lápiz para estar atentos a las novedades.