La incertidumbre generada por la sequía y por la aplicación del pago único tras la reforma de la Política Agraria Común (PAC) se han convertido en dos de los principales factores que han provocado que el arrendamiento de fincas de labor, tanto en secano como en regadío, haya sufrido caídas con respecto al año anterior. La encuesta de cánones de arrendamientos rústicos elaborada por la Delegación Provincial de Agricultura, a la que ha tenido acceso este periódico, refleja que durante el pasado año se ha producido una importante caída de los arrendamientos de tierra de labor. Mientras que en el secano la principal causa de este descenso ha sido la aplicación del pago único y las dudas que genera su aplicación, en la tierra de regadío el motivo fundamental ha sido la sequía y la falta de agua para regar en cultivos como el algodón o el maíz.

Por el contrario, el alto precio que alcanzó durante el pasado año la aceituna ha provocado un fuerte incremento de los cánones pagados por la hectárea de olivar, sobre todo en la zona de la variedad hojiblanca (comarca de Lucena y Puente Genil). Peor suerte se lleva el viñedo. El informe de la Delegación de Agricultura refleja la caída que se ha producido en los arrendamientos de vides. En la provincia se está observando que muchos arrendatarios están optando por no renovar los contratos por la pérdida de rentabilidad, mientras que propietarios están arrancando las viñas por antieconómicas y plantan olivar.

Las fincas destinadas al cultivo de ajos en regadío son las que acumulan más contratos de arriendo en la provincia. Durante el último año se ha producido un mantenimiento de los precios, aunque sí bajan los que estaban muy altos. La mayoría de las tierras sembradas de ajos en Córdoba son arrendadas.

También ha descendido en el último año el arrendamiento de pastizales de secano por la dificultad de mover el ganado vacuno por la lengua azul , según indica la Junta de Andalucía.