No está reñido ser prudente y desafiar al miedo. Será por eso que el juez Félix Degayón Rojo mide cada palabra, no sólo por la etapa que acaba de concluir en la Audiencia Nacional, sino porque cree que es una condición inherente a un profesional de la judicatura, fiel a las leyes y a la Constitución.

--Cómo se produce su salto a la Audiencia Nacional? ¿Tenía esta aspiración de antes?

--Me lo ofrecieron y de nueve candidatos me eligieron a mí. En la época en la que surgió la oportunidad de pasar a la Audiencia Nacional me estaba planteando cambiar y pensaba en este tribunal, como una posibilidad, pues era un momento en que necesitaba un cambio. Llevaba ocho años en el Penal 1, que era el tiempo máximo que había estado en un juzgado. En ese momento, me quedaba por probar poco, básicamente lo contencioso y social.

--Su vuelta coincide con la recuperación del puesto del juez decano. ¿Por qué le corresponde?

--Por escalafón y antigüedad en la carrera judicial. Volveré a asumir el cargo desde el día en que tome posesión del nuevo juzgado contencioso cuatro, acto que podría celebrarse el 1 de marzo.

--¿Y ya están los jueces contándole como decano los problemas que sufren, algunos incluso existentes desde antes que se marchara a Madrid, como es la dispersión de juzgados y la lentitud del proyecto de la Ciudad de la Justicia?

--Muchas personas me preguntan cómo sigue el tema de la Ciudad de la Justicia. Los terrenos están ya ahí y hay una primera fase que ha salido a concurso. Cuando económicamente sea posible y políticamente sea adecuado se darán más pasos en esa línea y esperamos que a medio plazo esté la Ciudad de la Justicia. Aunque yo poco puedo hacer sobre eso, salvo enterarme cómo van las obras y los proyectos y que, dentro de mis posibilidades, no se paren.

--¿Su incorporación al contencioso es una etapa más?

--Sí. Si me gusta la materia seguiré en lo contencioso y, si no, intentaré buscar otros ámbitos de la profesión.

--El juzgado del que va a tomar posesión se ubicará precisamente fuera de la Audiencia por la falta de espacio, y funcionará en un local alquilado, separado también de los otros tres contenciosos. ¿Esto perjudicará la coordinación?

--En los primeros meses la separación de juzgados no va a tener una incidencia importante porque los primeros juicios están previstos para abril, fecha para la que la Delegación de Justicia tiene previsto que esté habilitada la nueva sede de los contenciosos en Morería. Los señalamientos se han aplazado para que dé tiempo a que las obras concluyan a finales de marzo, a no ser que llegue abril y la remodelación no se haya concluido. Entonces habría que plantear los cambios de fecha en los juicios, hasta tanto se disponga de la sala de vistas de que carece el edificio donde empezaremos a trabajar en Ronda de los Tejares.

--¿Cómo fue el cambio del Penal 1 a la Audiencia Nacional?

--La verdad es que en sí la instrucción de la Audiencia Nacional teóricamente se rige por las mismas normas que las de un juzgado ordinario. La adaptación viene porque quizás se trabaja, dada la naturaleza de los procedimientos que allí se llevan (terrorismo, organizaciones de narcotraficantes y falsificaciones de monedas y tarjetas de crédito), con diferente coordinación, pues se tiene que actuar con las distintas unidades policiales encargadas de las investigaciones de los delitos.

--¿Llegó a la Audiencia Nacional y cuál fue su primera misión?

--Fui como juez de apoyo, pero llevando todos los asuntos del juzgado central de instrucción seis de la Audiencia Nacional, salvo el sumario abierto con motivo de los atentados del 11-M del 2004 en Madrid y del relacionado con el cierre del diario vasco Egunkaria , de los que se encarga el juez Del Olmo. Sustituí a este juez por permisos y vacaciones, correspondiéndome la reclamación a Serbia de la extradición de Abdelmajid Bouchar, huido de Leganés y detenido en Bruselas, para juzgarle en relación a los atentados del 11 de marzo. Cuando llegué a Madrid había una serie de asuntos pendientes de tramitación en materia de terrorismo y también de blanqueo de capitales, fraudes y falsificación de tarjetas de crédito. En cuanto al terrorismo de ETA, como durante los dos últimos años ha sido de baja intensidad, los procedimientos se referían a daños materiales, tenían una instrucción relativamente sencilla. En el caso del terrorismo islámico hay varios procedimientos abiertos y alguno de ellos ya dio sus frutos, como la célula desarticulada hace unos meses, que presuntamente se dedicaba a financiar al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate de Argelia (GSPC). En el marco de ese procedimiento surgieron también implicaciones con los atentados cometidos en Chechenia.

--Han sido 16 meses en Madrid y su vuelta se ha anticipado.

--La he adelantado, porque con motivo del traslado, la comisión de servicios se extinguía y tengo que hacer frente a un juzgado de nueva creación, que necesita de un magistrado titular y también tengo que asumir el decanato, pues ha sido llevado por dos compañeros, a los que debo agradecer el tiempo que le han dedicado en mi ausencia.

--Dentro de unos dos meses el juez del Olmo asumirá en su integridad todos los asuntos del juzgado en el que usted trabajó. ¿Cuánto puede ocupar el sumario del 11--M, no sólo en tiempo, sino en espacio físico?