La falta de eficacia de la orden que prohibe el paso de vehículos a los no residentes al barrio del Alcázar Viejo, una restricción acordada hace cuatro años, se solucionó ayer con la puesta en funcionamiento de un sistema de columnas, en la Puerta de Sevilla, que las personas autorizadas pueden retirar automáticamente si así lo necesitan.

El mecanismo, con un coste superior a los 12.000 euros, consiguió ayer que, definitivamente, el Alcázar Viejo deje de ser utilizado por los conductores de fuera del barrio como vía rápida entre la avenida del Corregidor y Vallellano y la zona de Fléming, entorno de la Mezquita y la propia Ribera.

UNA LARGA DEMANDA Precisamente, el paso frecuente de vehículos que utilizaban las calles del barrio como ruta rápida en sus desplazamientos, con el peligro que se creaba en las estrechas calles del Alcázar Viejo, ha venido siendo los últimos años la principal queja de la AVV y de los residentes y comerciantes de la zona, que incluso tuvieron iniciativas como un singular referéndum para decidir cuál de los dos accesos del barrio tendría que cerrarse para evitar que las calles fueran un peligrosa ruta de paso.

LA PRIMERA ZONA El sistema implantado ayer, que según el teniente de alcalde de Movilidad, Seguridad y Tráfico, José Antonio Cabanillas, se extenderá en breve a otras zonas del Casco Histórico, no logrará evitar del todo el segundo mayor problema que tiene El Alcázar Viejo con la circulación rodada: el aparcamiento caótico en plazas y aceras. Este otro problema, aunque se reducirá gracias al mecanismo instalado en la Puerta de Sevilla, aún puede persistir ya que el otro acceso al barrio, desde Caballerizas, seguirá abierto por ahora, informó el teniente de alcalde.

Para la activación de la pilona automática por residentes, comerciantes y proveedores, que puede permitir el paso en ambos sentidos de la circulación, el Ayuntamiento ha repartido un total de 200 tarjetas magnéticas. El número de beneficiarios de la tarjeta de acceso puede aumentar si hay más interesados en la misma (siempre que acredite la necesidad), aunque el teniente de alcalde considera que no deben incrementarse mucho más las autorizaciones para evitar que la medida pierda eficacia.