Lo dijo hace meses en una entrevista a Diario CORDOBA: "El mío no será un pregón reivindicativo". Y no lo fue: Marisol Salcedo hizo una exaltación de la Semana Santa desde su propia sensibilidad a la que no puede sustraer su condición femenina. Quizá por eso dedicó algunas de sus primeras palabras a evocar las tareas tradicionalmente maternales relacionadas con la Semana Santa: "Plancho con mimo los cubrerrostros, las túnicas y las capas de mis hijos, especialmente los bordes inferiores, borrando a fuerza de vapor la señal del dobladillo del año anterior, porque ha habido que soltarle... ¡Han crecido tanto!". Pero también tuvo sus gotas reivindicativas, cuando, evocando a las costaleras del Cerro, dijo en verso: "¡Todas a una y muy juntas! / ¡Todas juntas, con firmeza! / ¡No digan que las mujeres / no llegarán donde quieran! / ¡Codo a codo y hombro a hombro, / levantamos lo que sea!", lo que provocó un fuerte aplauso, sobre todo de las mujeres congregadas en el Gran Teatro.

Sobre un escenario decorado por Juan Luis Galisteo hasta convertirlo en una especie de altar de insignias con símbolos y atributos de la hermandad de las Angustias, presididos por la Cruz Guiona, Marisol Salcedo no sólo derrochó sensibilidad femenina: también hizo arte, como cuando desmenuzó en detallado comentario el cuadro La saeta de Romero de Torres, o cuando desgranó composiciones poéticas en diversas estrofas (décimas, romances, sonetos), perfectamente vocalizados, que para eso tiene la pregonera la carrera de Arte Dramático. Hizo un recorrido por las imágenes, los pasos y las calles de Córdoba en Semana Santa, deteniéndose de forma especial en los planos más clásicos que dan de sí los días procesionales. Y hasta ofreció una flor, hasta un total de trece, --una por cada patio del Palacio de Viana-- a una Dolorosa cordobesa.

Terminó su pregón asociando, en la plaza de Capuchinos, a la Virgen de la Paz con la de los Dolores: "El término paz solamente tiene tres letras, pero constituyen la esperanza de todos los seres creados por Dios", aseguró momentos antes de cerrar su intervención.

PROTOCOLO Al pregón asistieron miembros de todas las cofradías y de la Agrupación, la alcaldesa, el obispo, subdelegado del Gobierno y representantes institucionales. Antes de que Marisol Salcedo iniciara su verbal estación de penitencia, la banda Cristo del Amor ofreció un concierto de marchas procesionales, ejecutando en último lugar --como mandan los cánones no escritos-- la Saeta cordobesa de Pedro Gámez Laserna.

La pregonera fue presentada por Antonio Gil, subdirector de Diario CORDOBA y pregonero de la Semana Santa en 1990, que elogió los valores humanos y literarios de Marisol Salcedo y la felicitó por ser la primera mujer que inscribe su nombre en la lista iniciada en 1945 por Federico García Sanchiz.

Tras el pregón, a los postres de la cena celebrada en el Círculo de la Amistad, la pregonera recibió el homenaje de los asistentes y Francisco Vázquez Vacas el nombramiento de Cofrade Ejemplar concedido por la Agrupación de Cofradías.