¿Qué diferencias irreconciliables han impedido que hubiese una sola lista en la asamblea de IU de Córdoba que usted ganó el domingo?

--No creo que hubiese diferencias de proyecto. En todo caso ha habido diferencias en cuanto a la confianza personal que unos y otros podíamos dar a los delegados respecto a la nueva dirección provincial.

¿Ha influido en el proceso asambleario de Córdoba el próximo congreso regional de IU, en donde la dirección saliente cordobesa está en contra del coordinador andaluz?

--Sí, sí ha influido. La asamblea andaluza ha dificultado la posibilidad de llegar a un acuerdo en Córdoba. Aún así, el proceso está cerrado con el compromiso del otro candidato, Manuel Baena, de trabajar con lealtad.

Es decir, que ha habido compañeros suyos que han utilizado esta asamblea de Córdoba para intentar ganar la próxima asamblea andaluza.

--En los discursos de presentación de las dos candidaturas de Córdoba no hubo diferencias de fondo político. En todo caso, de matices en cuanto a ejercer la dirección. IU de Córdoba ha tenido problemas que hemos solucionado bien desde la unidad y desde el convencimiento de la necesidad de cambios.

¿Desde la unidad?

--Sí. La organización ha salido de esta asamblea más unida que nunca. Ahí están las palabras de Manuel Baena cuando dijo que trabajará desde la lealtad y la colaboración.

Pero IU arrastra en Córdoba una etapa de confrontación.

--A mí no me preocupan las situaciones conflictivas, las situaciones de crisis. Lo que sí me preocupa es que hasta ahora no habíamos sido capaces de solucionarlas en positivo. El congreso del domingo muestra cómo resolver las situaciones desde la unidad y desde la libertad.

¿Por qué fue tan conflictiva la etapa pasada?

--Veníamos de una asamblea anterior en la que se produjo un empate técnico entre Andrés Ocaña y yo que dificultó la puesta en marcha de la nueva dirección y vivimos una etapa complicada a todos los niveles. A pesar de ello conseguimos buenos resultados electorales.

¿Y quiénes han sido los causantes de esa complicación?

--El problema está en los dirigentes. Las asambleas de base se han reunido todas, lo que demuestra que por abajo hay unidad absoluta en lo político, en el modelo organizativo, pero las diferencias estaban en quiénes podían dirigir IU.

¿Qué les ocurre a los dirigentes?

--Que no aprendemos y desconfiamos mucho del colectivo. Ese ha sido nuestro error. Aquí hay gente que cree que la cabeza de uno es más poderosa que la de cuarenta y eso me parece un error en una fuerza política transformadora que quiere crear una identidad colectiva.

Hablaba antes de que la situación de empate técnico que se produjo en la asamblea del 2000 provocó esa falta de entendimiento. En este congreso su victoria ha sido también por muy poca diferencia. ¿Puede ocurrir lo mismo?

--No, porque ahora mi candidatura ha conseguido meter 22 miembros en el consejo político y la de Baena, 21. Por lo tanto, el domingo fue elegido un coordinador provincial. No se puede repetir la situación.

¿En qué se va a diferenciar su trabajo al frente de IU del que se ha hecho hasta ahora?

--El primer detalle que se observará de inmediato es un cambio de talante en cuanto a la humildad con la que tiene que trabajar un dirigente de una fuerza política de izquierdas. Hemos sido demasiado prepotentes en relación con todo lo externo. La humildad tiene que ser un signo de identidad.

¿Ha sido su antecesor, Andrés Ocaña, un prepotente?

--Lo digo a nivel colectivo. Esa actitud ha sido como un mecanismo de defensa ante el acoso que hemos vivido desde fuera. Ese cambio va a ser radical. Y a partir de ahí otros en nuestro funcionamiento como dirección, en nuestra estructura organizativa, en optimización de recursos económicos y en la relación entre la organización y sus grupos institucionales.

¿Van a afectar esos "cambios profundos" que ha anunciado a la composición de las listas electorales?

--Le puedo asegurar que esta dirección no se va a implicar en ninguna propuesta concreta que venga de las asambleas locales. Pediremos las propuestas a las bases y seremos escrupulosos con el mandato que llegue.

O sea, que no habrá limpia.

--No, para nada. En cuanto a las personas se producirán los cambios importantes que han pedido las asambleas.

Usted llegó arropado a la asamblea por la dirección provincial del Partido Comunista de Andalucía (PCA) ¿Ha ganado el PCA a IU?

--No es cierto que la lista que yo encabecé era la del Partido Comunista. Sí es verdad que en el partido hubo un debate y hubo un respaldo no unánime hacia mi persona. El PCA me encargó que construyera una dirección plural y es lo que estoy haciendo. A IU se viene a aportar en positivo, y si los comunistas tienen problemas en su casa que los solucionen en su casa.

Por el contrario, Manuel Baena llegó con el respaldo de Julio Anguita. ¿Qué opina?

--Cuando dije que Julio nos enseñó a pensar a cada uno con nuestra cabeza quería decir que los militantes no iban a actuar en función de otras opiniones. Julio está en su perfecto derecho a opinar lo que estime conveniente y también lo tiene a rectificar. Lo que sí espero de él es que dé un paso más y se implique en la organización.

¿El coordinador saliente, Andrés Ocaña, dijo el domingo que con usted IU va a experimentar un retroceso político.--Son unas declaraciones desafortunadas. Independientemente de los resultados del domingo, IU está en mejores condiciones que hace tres semanas para dar el salto social y político.