Miles de personas acudieron ayer a los cementerios cordobeses en lo que es una tradición que lejos de perderse, se repite año tras año en torno al 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, con el fin de recordar a los que ya no están, en muchos casos llevándoles flores y limpiando el lugar en el que se encuentran. El gerente de Cecosam, José Cabrera, señala que en torno al 80% de la población cordobesa pasa estos días --en concreto, desde el 24 de octubre hasta hoy, Día de los Difuntos-- por estos recintos para honrar a sus seres queridos ya fallecidos. En este sentido, indica que "la afluencia de gente es incomparable a la de jornadas normales. Este año ha influido además la lluvia para que muchas personas hayan esperado hasta hoy (por ayer) para venir, ya que no suelen ser pocos los que adelantan la visita". Se comprobaba ayer: el entorno del cementerio de San Rafael (La Fuensanta), por ejemplo, se encontraba colapsado de vehículos y la policía ponía orden como en un día laborable. No eran pocos los que esperaban su turno en las floristerías y puestos instalados en las inmediaciones del camposanto para adquirir, en su mayoría, claveles, crisantemos y rosas.

Otra tradición muy seguida por los cordobeses es la de degustar los dulces que se hacen exclusivamente en estas fechas. Huesos de santo, las gachas que aún se siguen haciendo en algunas casas y los buñuelos son los productos estrella de estos días, a los que acompañan los roscos fritos y los pestiños, y a los que muchos añaden las torrijas, propias de la Semana Santa. El presidente de la Asociación de Pastelería de Córdoba (Apropaco) y gerente además de la pastelería-confitería Savoy, Manuel Soler, estima que en la provincia se pueden elaborar estos días unos 10.000 kilos de huesos de santo, 15.000 de buñuelos y alrededor de 10.000 litros de gachas. En pastelerías Serrano han incorporado la creación de algunos originales dulces: calabazas hechas con una base de mazapán, recubiertas de chocolate y de merengue y pintadas con aerógrafo, así como un ataúd de chocolate que contiene en su interior huesos de santo. Por su parte, Francisco Roldán, gerente de la pastelería y confitería Roldán, resalta que se suelen hacer variantes de estos dulces, y que en la elaboración priman ingredientes de calidad como el aceite de oliva.

De otro lado llegan nuevas costumbres, desconocidas hace unos años en España, como la celebración de Halloween en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, que se traslada en forma de calabaza a la decoración de escaparates y la organización de fiestas en distintos locales, a las que concurren cada año más brujas y zombies de las características más diversas.