Los feligreses de la parroquia de la Inmaculada Concepción y San Alberto Magno (en el barrio de Ciudad Jardín) tienen fama de activos y generosos, y una vez más así han actuado. A la necesaria rehabilitación del templo tras casi 40 años de uso han respondido con creces, de modo que 600 familias han costeado ya más de la mitad del importe total, que supera los 200.000 euros, por las grandes dimensiones del edificio.

La mejora integral, que luce recién acabada en todo su esplendor, ha llevado consigo la instalación de una nueva megafonía; de iluminación artística (que ha tomado el relevo de las barras de neón, da calidez y resalta el presbiterio, la altura y las vidrieras); el cambio total de la solería por mármol blanco y una franja central en mármol rojo (pensada para las bodas, a modo de alfombra); y labores de pintado del exterior y el interior, que han eliminado humedad en las paredes. El templo, que abrió sus puertas el 23 de mayo de 1964, se encontraba "muy deteriorado" tras cerca de cuatro décadas de uso, según el párroco, Manuel González Muñana, y los meses de verano fueron los idóneos para afrontar los cambios. En el período estival la iglesia permaneció cerrada, pero en un salón anexo se siguió celebrando el culto diario, mientras que los domingos se mantuvo una misa matinal para los impedidos.

La actitud de los fieles ha sido "extraordinaria y ejemplar", explica el párroco. Desde hace seis meses hasta ahora (el tiempo que llevan recaudando para esa causa) han recogido más de 100.000 euros y como queda camino por recorrer habrá una colecta con periodicidad mensual para poder hacer frente al préstamo solicitado por valor de 180.000 euros y durante ocho años.

RESPUESTA DESBORDANTE

"Es tanta la generosidad desbordante de los fieles y el cariño que parte de todos los feligreses --algunos de ellos los mismos que vieron cómo se alzaba el templo-- que ellos son los que realmente han hecho la obra", comenta satisfecho González Muñana.

Una comisión económica creada al efecto (formada por tres feligreses y el párroco) siguió de cerca la evolución de las obras y da cuenta de todos los movimientos. La media de las aportaciones ronda los 160 euros, si bien, como es lógico, y según el caso, unas veces son menores y otras mayores. La reapertura de la parroquia de La Inmaculada al culto se celebró el pasado domingo 28 de septiembre con la procesión de traslado del Santísimo al templo remozado y una misa.