La gracia que tiene Izquierda Unida (IU) en Córdoba es que, incluso en los peores momentos electorales de la organización, siempre consigue unos resultados aceptables en las urnas. IU de Córdoba ha logrado en casi todas las legislaturas un parlamentario en el Congreso, cargo que en la actualidad ostenta Luis Carlos Rejón, mientras que en el Parlamento andaluz, olvidados ya los tiempos gloriosos de Julio Anguita, al menos salva la cara con un diputado, manteniendo la esperanza de que el efecto municipal de Rosa Aguilar mejore la situación en las próximas elecciones andaluzas.

Ahora que anda la coalición enfrascada en una etapa de renovación interna, con asamblea a la vista, la elaboración de las listas electorales, que también está a la vuelta de la esquina, supone un factor más de tensión entre el cuerpo político que acusa la pérdida de votos y la difícil conciliación de tendencias muy dispares, con el núcleo duro del PCA siempre alerta para no perder poder.

En este ambiente, la organización regional se plantea un cambio en la toma de decisiones que no es baladí: en lugar de que las federaciones provinciales debatan y elijan a los que serán candidatos en las próximas citas electorales, la dirección andaluza quiere designar a los candidatos provinciales. La idea no ha caído bien en parte de la dirección de IU de Córdoba, donde muchos se temen que se pretenda salvar a su coordinador regional, Diego Valderas, haciéndolo encabezar la lista de Córdoba a las autonómicas y que desde esta plaza fuerte sea candidato a la presidencia de la Junta.

Esta intención, de existir, rompe la tradición de IU, según la cual el candidato al sillón de San Telmo concurre por su circunscripción. Anguita y Rejón lo hicieron por Córdoba y Antonio Romero, por Málaga. Sin embargo, la idea responde a la lógica de los hechos, ya que Valderas no consiguió acta de parlamentario andaluz en el 2000 cuando se presentó por Huelva, y en Córdoba tendría más fácil su elección.

De manera que la vertiente moderada de IU de Córdoba, en la que podría encuadrarse al coordinador provincial y presidente de la Gerencia de Urbanismo, Andrés Ocaña, anda recelosa porque, además, le queda poco tiempo para maniobrar, ya que el 26 de septiembre se reúne el consejo andaluz para decidir sobre el tema. Dicen, además, que otro peso pesado de la federación andaluza y de Córdoba, Rejón, víctima de la mala imagen que le dio la famosa pinza y que tantos votos le costó a IU, podría ser también uno de los damnificados y perder la oportunidad de concurrir de nuevo por la provincia en las elecciones generales.

Para complicar más el escenario, Ocaña ha anunciado que no se presentará a la reelección como dirigente provincial, pero al mismo tiempo se ha mostrado contrario a que acceda al cargo el que fue su oponente en la última asamblea, Enrique Centella, al que se considera más cercano al ala dura del PCA y a Valderas. Para Córdoba andan buscando un candidato de consenso. Varios han dicho ya que no. Y en este puzzle, ¿qué tiene que decir Rosa Aguilar? La alcaldesa intenta mantenerse al margen de las cuestiones internas y por activa y por pasiva repite que de momento no pueden contar con ella para liderar listas autonómicas o generales. Pero a nadie se le oculta que Aguilar es hoy el principal activo político de IU en Córdoba y también en España, por lo que tampoco le apetecerá quedarse de florero en la organización que por el momento sustenta sus legítimas ambiciones políticas.