Más de 70 niños y jóvenes desplegaron ayer una lección de civismo y de amor por la naturaleza al participar en la campaña A limpiar el mundo , invitados por Sadeco. El aula estaba al aire libre, en los Sotos de la Albolafia, y las asignaturas pendientes no tenían fin: botellas, bolsas, papel de aluminio, cajetillas de tabaco.

Con muy buena predisposición, unos guantes y grandes bolsas, niños de muy corta edad acompañados por sus padres y una gran cantidad de alumnos de 2 , 3 y 4 de ESO de los Salesianos eliminaron tan nefasto paisaje a pocos metros del Alcázar y la Mezquita-Catedral.

DESALENTADOR

"Desanima encontrarse restos de botellas habiendo como hay papeleras. El mensaje es que tenemos que seguir intentando transmitir a la ciudad que esto es una joya y que el turismo no puede llevarse una sensación negativa. Va en contra de la salud pública y de la imagen de la ciudad", comentó Angel Gómez Puerto, vicepresidente de Sadeco. La campaña de la empresa pública siguió la corriente del programa de Naciones Unidas para el medio ambiente que recae cada año en el tercer fin de semana de septiembre. Con pequeñas acciones emblemáticas llevadas a efecto por pequeños, voluntarios y ecologistas, promueve la acción local en pro de la limpieza urbana, que esta vez le ha tocado a las márgenes del río Guadalquivir.

Gómez Puerto dio a conocer, además, la puesta en marcha de un nuevo teléfono de higiene urbana, un servicio de información y consulta abierto a los cordobeses, el 902 18 18 35. La línea permite un flujo directo de denuncia de casos de suciedad, para completar el exhaustivo sistema de capataces y los operarios. En un paquete de actuaciones relacionadas con la de ayer, figura una de sensibilización en el casco histórico para evitar que los excrementos caninos ensucien calles y aceras.

Entretanto, continuaba el gesto de los niños a los adultos, practicando lo que ellos no saben o no tienen ganas de hacer: usar las bolsas de basura y las papeleras.