Almenara no eludió la autocrítica y anunció, tras los pésimos resultados electorales obtenidos en la capital cordobesa, una reestructuración organizativa en el PSOE cordobés. Apuntó que los socialistas están encontrando más dificultades en las zonas urbanas que en las rurales y que han reflexionado que sus mensajes se habrían quedado estancados en una economía más agraria e industrial y que "hemos olvidado que las necesidades de una sociedad moderna no son tan uniformes". Almenara dijo que el PSOE mantiene un electorado fiel en las fábricas y en el campo, pero "no hemos sabido enfocar el discurso para una sociedad moderna". Sin embargo, aseguró que la pérdida de dos concejales en Córdoba se debió a elementos estructurales y no coyunturales y que no fue IU quien ganó en Córdoba, sino "un cartel y una estrategia técnica muy bien elaborada".