La adicción al juego es una enfermedad que provoca importantes crisis familiares y laborales en las personas que la sufren. Sin embargo, hay esperanzas para ellos porque en torno al 80% de los ludópatas se cura completamente con la terapia adecuada, aseguró ayer la tesorera de la Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación (Acojer), Loli Arnáez. Arnáez señaló que lo importante es que los adictos al juego "busquen ayuda profesional y vengan convencidos de que pueden y quieren superar la enfermedad".

Por otra parte, la asociación alerta sobre el incremento de los casos de ludopatía entre los jóvenes. En este sentido, según datos de un estudio de la Junta sobre el juego en Andalucía, el 4 por ciento de los jóvenes andaluces entre 16 y 17 años es jugador patológico, mientras que el 4,9% de ese colectivo está en progresión adictiva, es decir, a punto de caer en la adicción al juego.

Loli Arnáez señaló que además de las máquinas tragaperras, que son el sistema de juego que más adictos crea, los jóvenes tienen problemas de adicción con las videoconsolas y con los juegos a través de Internet.

Arnáez señala que sigue siendo preocupante el alto número de mujeres que cae en la ludopatía, "pero las adicciones en las mujeres están peor vistas que en los hombres y eso hace que les cueste aún más trabajo pedir ayuda, normalmente no suelen asumirlo". Loli Aznáez, que también fue adicta al juego, asegura que "me hice mucho daño a mí misma y a mi familia, pero ya llevo 13 años sin jugar".