La sección primera de la Audiencia Provincial ha condenado a F.M.G., de 76 años de edad y sin antecedentes penales, a tres años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales contra una menor. Además, la sentencia recoge que el condenado deberá cumplir una orden de alejamiento del domicilio de la menor o de su familia e indemnizar a la víctima con la cantidad de 9.000 euros.

Los hechos juzgados por la Audiencia Provincial se remontan a fechas no precisadas que abarcan desde el mes de junio a diciembre del año 1999. El procesado frecuentaba un parque de la localidad de Priego de Córdoba, al que unas veces iba solo y otras en compañía de sus nietos, llevando consigo casi siempre un perro pequeño.

LOS HECHOS

La menor, que en la actualidad tiene 12 años, iba con frecuencia también el mismo lugar por residir cerca de él, acudiendo algunas veces sola y otras junto a amigas y familiares menores.

Con el reclamo de su perro y la compra de golosinas que le regalaba a la niña, el hombre consiguió ganarse la amistad de la menor e incluso le regaló 6,01 euros por el día de su onomástica.

Según recoge la sentencia, el condenado, para satisfacer sus deseos libidinosos, aprovechaba que la menor estuviese sola o bien así lo procuraba alejando a los demás niños que allí estuviesen para cometer los abusos, bajo la amenaza de que "si se lo decía a alguien lo que le hacía le pegaba o la mataba", persistiendo esta situación hasta que la menor, que al principio lo negaba, se lo contó a su familia.

La sentencia añade que, aunque el procesado negó en el juicio los cargos e incluso conocer a la menor, las pruebas practicadas, tomando singularmente en consideración el testimonio de la víctima, atestiguan que ésta lo reconoció personalmente y por su nombre.

Por su parte, la acusación particular de este caso demandaba para el condenado diez años de prisión por un delito continuado de agresión sexual, orden de alejamiento del acusado sobre la víctima y una indemnización de 48.000 euros. Tras los hechos sucedidos en el año 1999, según la letrada de la acusación, la niña requirió durante bastante tiempo tratamiento psicológico para poder enfrentarse a los abusos sexuales sufridos.