Este espacio era antes una carretera que llevaba a un aeropuerto sin aviones. Casi como ahora. Aunque se ha ensanchado y ha cobrado perspectivas de ciudad moderna. Era la vía de penetración lógica por la parte sur de Ciudad Jardín cuya aduana natural, el bar La Oficina , fue sede en la que jueces, fiscales, procuradores y abogados defensores dirimían sus cuitas antes de exponerlas en la sala correspondiente. Y cuando el reo ganaba un juicio, o sólo le caía una reprensión privada, iba allí a celebrarlo, que para eso estaba enfrente de los juzgados. También era el sitio madrugador de estudiantes que dejaban los coches de línea en La Victoria y echaban del cuerpo el frío que traían del pueblo con un café calentito y una tostada de pan bimbo que no las ponían en ningún sitio. Y parada obligatoria en días de Feria antes de ir a los toros. O café o cubata, según adicción. Y, siempre, discusiones. Luego vino la remodelación del sector, la adaptación del bar en plan rústico a cafetería moderna y el ojo de los bancos para quedarse con todas las esquinas de la ciudad. Fue cuando en La Oficina pusieron la Caja San Fernando.

EL CAFE ESPAÑOL Y EL PSOE

Otro de los clásicos de esta avenida, cuando aún era carretera, cerca de La Oficina había un corralón --donde ahora está Cajasur-- y nadie apostaba por la zona, ha sido y es El café español , una de las escasas cafeterías cordobesas que han asistido a la consumación de parejas desde los tiempos remotos de la dictadura, pasando por la transición hasta llegar a la democracia. El nombre da fe de que lo hispano perdura por los siglos de los siglos. Cerca estaba lo que antes era el Gobierno Civil. En la acera de enfrente, para hacer justicia a la historia, el Tower significó la modernidad, con la salchicha como reclamo. Todavía mantiene en la zona esa cierta solera que no se apaga con el tiempo.

Al lado del Tower , donde en un tiempo estuvo Don Jamón --que le ganó la partida a un banco y se colocó en la esquina que este ocupaba ¡qué milagro!-- ahora está Santa Bárbara , con sus traspasos y resurrecciones y sus frustrados deseos de convertirse en franquicia. Porque este espacio, a pesar de ser ahora sede de mutuas, aseguradoras, coches de importación, centros médicos, cajas de ahorros --está la de San Fernando (Cádiz), Cajasur (Córdoba), La Caixa (Cataluña), la General (Granada), la Rural, El Monte (Sevilla), Caja Badajoz...--, ortopedias y centros de rehabilitación de cojos temporeros que llenan la acera de Fremap, ha sido siempre un lugar de diversión, que se ha bebido la noche en lo que ahora es Art´s --regentado en su día por la miss España Eva Pedraza-- y en sus tiempos respondía al glorioso nombre de Etcétera . Luego, por estos andurriales, que se han tirado media vida en obras y han hundido a negocios de pizzerías y demás modernidades, se instaló el PSOE, harto como estaba de aquellas sedes histórico-derruidas del Palomar de Las Tendillas, Juan de Mena y Barroso. Como aspirantes al poder, debieron verle futuro.

DEL LIDO AL ALHAKEN II

Al lado del Café Español no había pisos y, en sus descampados, El Rubio del Higuerón, cada feria, instalaba el Lido, aquel cutrerío entrañable en el que, si te descuidabas, las chicas de la revista sacaban a tu suegro al escenario y te ponían en un compromiso. Pasando el Polideportivo, aquellos descampados por donde las enfermeras que iban al Hospital General sufrían atracos madrugadores ahora son pisos, y la cuesta, donde emigrantes venidos de Australia instalaron El Canguro , bodas, bautizos y comuniones, enfrente del chiringuito de mala vida construido sobre restos de enterramientos y arrabales, ahora se alza el Instituto Alhaken II. En lo alto de la cuesta vigilan Los Picapiedra , que se instalaron en este espacio sin saber de su porvenir. Suponemos que siguieron la llamada de la sangre. Los califas señalaron por aquí el futuro de Córdoba.