Como a cualquier paciente de edad que, ya en edad de jubilarse, va a sufrir una intervención, el Puente Viejo se está sometiendo estos días a un cuidadoso chequeo por parte de los expertos de Obras Públicas de la Junta.

Esta actuación en los pilares y otros elementos del puente no sólo tiene un fin arqueológico y de investigación, sino que también permitirá conocer el estado exacto de la estructura desde el punto de vista arquitectónico, algo esencial para consolidar la construcción y terminar con éxito la reforma del monumento.

La Junta de Andalucía, siguiendo un anteproyecto del arquitecto Juan Cuenca, realizará siete intervenciones distintas a lo largo de dos años, reformando los alrededores de la Torre de la Calahorra, la Puerta del Puente y el área fluvial del Puente Romano. Otras tres intervenciones se centrarán en las citadas y emblemáticas construcciones y, en un séptimo proyecto, se construirá un centro de recepción turística en el actual aparcamiento junto a la Puerta del Puente. Sin embargo, y a pesar de que las actuales catas han obligado a cortar al tráfico uno de los carriles del Puente Romano, la jubilación del histórico monumento no se producirá hasta la apertura del Puente de Miraflores, posiblemente en el mes de abril.

La Junta prevé que, una vez abierto el nuevo paso sobre el Río, se cortará al tráfico el Puente Romano y comenzará la primera de las siete obras: la reforma del entorno de La Calahorra.