"Los nacionalistas se tapan los ojos ante la realidad del País Vasco"

Según los últimos datos del Euskobarómetro, el 17% de los ciudadanos que viven en el País Vasco estarían dispuestos a marcharse. La cifra se ha duplicado en los últimos seis meses. ¿Cómo ve la situación?

--Posiblemente sea el dato más preocupante que aparece en este Euskobarómetro. Es una situación alarmante y a la que debieran atender prioritariamente quienes nos gobiernan, los nacionalistas. No se puede pretender hacer política como si esto no sucediera, se tiene que hacer para que toda la gente pueda vivir y tenga la mejor calidad de vida en su territorio. Y desgraciadamente vemos que en demasiadas ocasiones los nacionalistas se tapan los ojos ante esta realidad, no la atienden y en el fondo consiguen un terreno más abonado para sus planteamientos.

¿Por dónde pasaría la solución?

--Lo primero que tenemos que hacer los políticos es buscar soluciones y no generar problemas. En un estudio se decía que la cuarta preocupación de los vascos eran los propios políticos. Y en el País Vasco hay un problema con mayúsculas al que debieran estar subordinados todos los demás, que es la necesidad de defender la libertad y combatir el terrorismo. Mientras algunos no pongan todos los medios, el que la gente se quiera ir seguirá sin solución. No se puede poner al mismo nivel el combate al terrorismo que objetivos particulares como hacen los nacionalistas, y no basta con la solidaridad del momento y la palmada en la espalda después de un atentado. Hay que decidir y definir políticas que combatan la raíz de los problemas.

El Euskobarómetro indicaba también que un elevado porcentaje (45%) creía que la propuesta soberanista de Ibarretxe conllevaría inestabilidad social y división. ¿Qué opina de esto?

--No sólo los partidos políticos hemos rechazado la propuesta de Ibarretxe. También lo han hecho otros colectivos sociales como sindicatos y empresarios. Esta propuesta no sólo no resuelve nuestros problemas económicos y sociales sino que los empeora.

¿Cómo ve las relaciones entre el gobierno vasco y el gobierno central?

--No las veo. Creo que no las hay y no es bueno. El PP no actúa con la estrategia necesaria para buscar soluciones. Permite en demasiadas ocasiones que el nacionalismo juegue el papel de víctima frente al enemigo exterior , España.

Ha aumentado el número de ciudadanos que apoya la inclusión de su partido en un gobierno de coalición

--La sociedad vasca es muy plural y entiende que si hay una mitad que se considera nacionalista y otra que no, las soluciones tienen que venir desde el entendimiento. Y posiblemente porque los gobiernos de colaboración entre PSOE y PNV han sido quizás los que mayores y mejores frutos han dado para la vida en el País Vasco. Pero tengo que decir que hoy es imposible el entendimiento con un PNV que hace esta apuesta soberanista.

¿Cómo ha visto la repercusión de la visita de Ibarretxe a Córdoba?

--Aunque no lo comparta en absoluto, Ibarretxe está en su derecho de explicar su plan. Puedo criticar el contenido y que IU le invite y le facilite otro altavoz, como los pagados con dinero público que utiliza desde el País Vasco. De ahí a montar un espectáculo lamentable entre dos posiciones como las de IU y el PP, sólo se alimenta a los más radicales y el papel de víctima.

Más detenciones de ETA pero ¿existe una solución para terminar de una vez por todas con el terrorismo?

--Es necesario instalar la idea de que con ETA se puede acabar. Y para ello hace falta eficacia policial, que la estamos teniendo. Y decisiones legales y judiciales. Creo que se puede actuar desde la política, la educación, los medios de comunicación, la cultura... que sean transmisores de valores en el País Vasco y se actúe desde el componente social, evitando así que el terrorismo tenga algún tipo de respaldo. Y desde la unidad democrática, evidentemente. En el País Vasco no todos los frentes están poniéndose al servicio de este combate al terrorismo. ETA debe perder la idea, y es lo que viene a testificar el pacto antiterrorista, de que conseguirá algo del Estado de Derecho utilizando la violencia.