El deseo de diálogo persiste entre duros ataques políticos

La posibilidad expresada por el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, de abrir un diálogo institucional sobre Cajasur está abierta, si bien las ásperas descalificaciones y posiciones aparentemente inalterables con que salieron ayer a la palestra los responsables de los partidos políticos andaluces hacen parecer inviable ese deseo de diálogo. Javier Arenas admitió que dialogaría, y esa es la exigencia que hacen Diputación y Junta de Andalucía. Sin embargo, ayer mismo el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, pedía explicaciones al PSOE sobre un supuesto pacto con el Obispado de Córdoba, la presidenta de este partido, Teófila Martínez, indicaba que el PSOE sólo quiere negociar "para poder hacer realidad la concreción de sus intereses políticos y particulares" y el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías afirmaba que ese diálogo debe condicionarse a que Cajasur dé marcha atrás al acuerdo de su consejo de administración de adherirse a la Ley Financiera. El escenario se complica.

El diálogo entre instituciones, partidos políticos y la propia Iglesia debería, para concretarse, pasar por encima de las ásperas críticas de los políticos y de la aparentemente inamovible decisión de Cajasur de modificar estatutos en la próxima asamblea.

Si triunfa la opinión del obispo de que se debe aplazar la reforma, es evidente que se abrirían conversaciones. Y, si se mantiene la decisión de Cajasur de seguir adelante con ella, queda la opción de introducir enmiendas a los nuevos Estatutos, y en la propia asamblea general, si las propuestas se ven respaldadas por una mayoría suficiente.

Y si la asamblea general del día 28 aprueba los estatutos tal y como los presenta el consejo de administración, la primera asamblea general de la caja en el año 2003 puede aún introducir modificaciones, por estar todavía en el periodo de adaptación a la Ley Financiera. Se incorporarían así aspectos de la Ley de Cajas de Andalucía, dado que algunas competencias sobre Cajasur las tendrá el Ministerio de Economía y otras la Junta de Andalucía, de seguir así las cosas.

La posibilidad de acercar posiciones entre Administración central y Junta de Andalucía existe, aunque parece remota, dado que la Junta de Andalucía presentará un recurso de inconstitucionalidad para que Cajasur quede bajo el marco normativo autonómico.

En cuanto al posible diálogo interno de la Iglesia sobre la discrepancia abierta entre el presidente de Cajasur, Miguel Castillejo, y el obispo de la diócesis, Javier Martínez, es una incógnita. Por el momento, del viaje de cuatro de los seis patronos de la fundación al Vaticano sólo se sabe que Cajasur no ha alterado su intención de acometer la reforma de Estatutos, pese a la oposición del obispo. Quedan dos semanas cruciales para el futuro de la caja.

Por otra parte, el director general adjunto a la Presidencia de Cajasur, Diego Jordano, afirmó ayer que los consejeros de la entidad son independientes y no están sujetos a imperativo alguno, en respuesta al "juego" de minorías y mayorías en el que han entrado otras instituciones, y en el que la caja cordobesa prefiere no entrar.

"NO HAY NEGOCIACION"

En declaraciones a Europa Press , Jordano advirtió que tras el viaje de Castillejo a Roma los pasos a seguir por la entidad son los mismos: se celebrará la asamblea el día 28 y se propondrá una reforma de los Estatutos, y aseguró que no existe ningún tipo de negociación. Dijo que los consejeros toman decisiones "de acuerdo con su criterio personal".