"La caja no ha cambiado"

Aunque les salgan los planes como tienen previsto... ¿No va a ser muy difícil para Cajasur trabajar con la Junta de Andalucía en contra, la Diputación en contra, muchos ayuntamientos en contra..?--Confío plenamente, y es el deseo de Cajasur, en que esta situación de desequilibrio y de lucha mediática y real termine encontrando un punto de equilibrio. Aquí no hay nada de lo que se ha dicho. Cajasur no ha cambiado nada: en 1994, cuando la absorción, mantuvo su singularidad; en 1999, cuando la Ley de Cajas, defendió su singularidad, y ahora, con la Ley Financiera, Cajasur dice singularidad. Cajasur quiere seguir teniendo su posición, su singularidad, que le ha permitido convivir y vivir perfectamente con todo el mundo. No entendemos lo ocurrido a partir de 1999, y pensamos que aquí hay muchas verdades a medias. Porque, si realmente Cajasur ha cometido algo, después de dos meses de una inspección cruel y sangrienta que está padeciendo la entidad...

¿No terminó la inspección?--Han empezado de nuevo. No han encontrado nada y están empezando otra vez, a ver si encuentran algo.

Ustedes han pedido que se retiren, una vez acreditados ante el ministerio.--Las actuaciones de la Junta incitan a pensar que no reconoce la Ley Financiera. Los juristas tendrán que resolver cuáles son las competencias y atribuciones de unos y otros.

Parece imposible conciliar las posturas. Las encuentro muy separadas.--No está tan alejadas, hay más bien cerrazón. Por ejemplo, la Diputación. No le cambia nada, queda igual. La Diputación, desde enero hasta junio de 1995 no tuvo representación en la actual Cajasur, después se le dio la representación actual. Y seguirá con su 5% en la asamblea. Al no ver cambio, no veo razón de entrar en debate jurídico.

No es el único frente.--Hay un conflicto entre autonomía y gobierno, pero no nace ahora, nació con el recurso de inconstitucionalidad presentado por el Gobierno. Desde esa fecha, Cajasur no ha cambiado su relación con la Junta de Andalucía, ni con la Diputación, ni con los ayuntamientos. ¿Cuál es el problema? Ahí puede uno pensar lo que uno quiera, sobre la oportuninidad del momento que ha escogido el obispo de Córdoba para intervenir cuando ha podido hacerlo en cualquier otro momento. Pero desde su posición, no atribuyéndose otras.