España, la ruta del misterio

UNA SECCIÓN COORDINADA POR José Manuel Morales

“La portada del edificio de este artículo recuerda enormemente a la del Palacio de Orive de Córdoba, ya que ambas se construyeron en la misma época. Una vez más comprobamos que las fachadas llamativas incitan a los vecinos a construir leyendas en torno al edificio”

Jerez de la Frontera es una tierra repleta de historias ocultas que pasan desapercibidas incluso para sus propios habitantes. Su posición geográfica la situó en un punto estratégico en el antiguo reino nazarí de Granada, conformándose como una de las ciudades más importantes en la defensa fronteriza. Pasear por su zona intramuros es emprender un viaje al pasado, y adentrarse en el popular barrio de San Mateo, toda una aventura. En el corazón de este distrito nos encontramos con la plaza del Mercado, coronada por diversos edificios de interés histórico, entre los que destaca la casa-palacio de Riquelme. 

Diversos medallones junto a la puerta principal. ADRIÁN MARTÍNEZ

En tiempos de dominación musulmana fue un zoco, y tras la reconquista de la ciudad en el siglo XIII, Alfonso X lo entregó como recompensa a uno de sus capitanes, Don Beltrán Riquelme. No fue él quien alzó el palacio, sino que lo hizo uno de sus descendientes, el caballero veinticuatro Hernán Riquelme en 1535. Casi una década después contactó con Fernando Álvarez, maestro constructor de la zona, para levantar la fachada que hoy podemos contemplar. Tardó tan sólo cinco meses, y en ella podemos apreciar una abundante simbología que representa personajes y escenas de la mitología clásica. De estilo renacentista-plateresco, dicen que la bella portada vino acompañada de una maldición que ha perdurado hasta nuestros días. Y es que, como buen caballero, Hernán Riquelme pagó hasta la última moneda que costó su construcción, pero se arruinó en la operación, cayendo en una bancarrota de la que nunca se recuperarían ni él ni sus descendientes. Hernán quería construir una segunda planta que dejó a medias por esta falta de liquidez, algo que aún se puede apreciar en la actualidad. 

Columna decorativa en el exterior del edificio. ADRIÁN MARTÍNEZ

A mediados del siglo XX se convirtió en casa de vecinos, más tarde en caballerizas, y en los años ochenta pasó a manos públicas. Desde entonces destaca por la dejadez, el abandono y su visible deterioro. Todos los proyectos que se han intentado poner en marcha para proporcionarle una nueva vida han caído en saco roto, ya fuera por iniciativa pública o privada, ninguno ha logrado salir adelante. Aquella calamidad económica que sufrieron los Riquelme aún no ha concluido, está latente entre sus muros, y se percibe con una simple mirada desde la calle. No son pocos los jerezanos que han pasado a altas horas de la madrugada junto al edificio y han podido escuchar extraños lamentos procedentes de su interior. Como si el atormentado espíritu de Hernán Riquelme aún morara en el que un día fue su palacio, atrapado entre sus muros por haber dejado ese asunto pendiente, ese edificio sin concluir. Como si constantemente se repitiera: «Si yo no pude terminar este palacio, nadie más lo hará…».

(*) Guía de Rutas Misteriosas en Jerez de la Frontera

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[Aquí puede leer la serie la Córdoba misteriosa]