Reinventarse; una palabra «muy fea» en opinión del artesano Rafael Aguilera, pero que le llevó a él y a su mujer, la artesana Carmen María Guijo, a crear obras de arte en miniatura de apariencia y contenido muy hermosos. 

Este matrimonio cordobés fue golpeado por la crisis de la joyería y encontraron en sus paseos por el barrio de Santa Marina, donde residen, el motivo para seguir adelante. «Como estábamos parados, dedicábamos el tiempo libre a visitar los Patios y nos dimos cuenta de que no había detalles que los turistas pudieran llevarse a sus casas de recuerdo, así que decidimos elaborar los Patios en miniatura», cuenta Rafael Aguilera. Sin embargo, las reproducciones de patios enteros ocupaban demasiado espacio en los equipajes, así que comenzaron a fabricar imanes, colgantes, pendientes, marcapáginas y dedales, todos ellos con detalles reconocibles del emblemático patio cordobés, hasta que, «de comenzar con un taller, terminamos abriendo una tienda», declara el artesano.

El interés de las reproducciones exactas de los típicos oasis empedrados no decayó. Muy al contrario. Un restaurador local adquirió los modelos del Patio de San Juan de Palomares y el patio de Trueque, 4; incluso recibieron un encargo directo del embajador de Japón. Comenzaron a llegar encargos de otras partes de España con peticiones detalladas de la reproducción de este o aquel patio; incluso el sector de la hostelería quiso ver inmortalizados sus negocios. La Taberna Salinas, el Rincón de las Beatillas, la Taberna el Olivo, la Vinoteca Ordóñez y la Taberna Rafaé tuvieron sus clones a escala reducida de sus fachadas, parte insustituible del callejero cordobés. 

Las obras de Rafael Aguilera y Carmen María Guijo tienen el distintivo de calidad artesanal otorgado por la Junta

Tanto la elaboración de un patio cordobés como el de la fachada de una taberna lleva más de mil horas de trabajo. «Podemos estar hasta catorce horas seguidas trabajando en ello», explica Aguilera, «y entre mi mujer y yo acumular más de dos mil horas por obra, así que el precio de las mismas, que puede ir de los mil a los cinco mil euros, es hasta simbólico». Con la tienda de souvenires en funcionamiento, la rentabilidad de las maquetas no es la prioridad, sino más bien la transmisión de la pasión por la cultura, la historia, la belleza, de la ciudad, «primera en España en patrimonios, primera de Europa y segunda en el mundo, después de Pekín», resalta Carmen María, orgullosa, en actitud reivindicativa, por la falta de conciencia que percibe en las instituciones locales de dicha importancia patrimonial, que les motiva a exportar su Córdoba al mundo.

Los patios artesanales de Rafael Aguilera y Carmen María Guijo tienen el distintivo de calidad artesanal de la Junta de Andalucía y este pasado octubre fueron galardonados con el Premio de Obra Singular andaluza. No es que esto infle sus egos demasiado, lo cual, debido al detalle y la maestría de las obras, estaría más que justificado. Aparte de la visibilidad que les ha otorgado el galardón, junto con la felicitación de autoridades locales, el protagonismo es para San Basilio 44, el de la Costurera, el de Marroquíes, el de Márquez o el de Trueque. «Que tenga pozo, fuente, un limonero, una buganvilla, muchas flores... Que tenga más de una planta ¡y galerías!, que sus paredes no sean perfectas y sus ventanas algo descascarilladas», así es el patio perfecto para el perfecto artesano.