Unión Soviética, Alemania, México y Estados Unidos. Cuatro enclaves que conforman el carácter multidisciplinar de Eduardo Sarabia (Los Ángeles, 1976), el artista que reside actualmente en México y que expone sus creaciones estos días en Madrid, en la Galería Javier López & Fer Francés. Su tercera exposición individual, Como la flor, tiene un enfoque bien distinto. Es una introspección hacia lo familiar, la naturaleza canalizada a través del paisaje, en búsqueda de la memoria y el afecto. 

Conociendo su dilatada experiencia, ¿qué es para usted la pintura?

La pintura siempre ha sido algo muy especial para mí, una pasión. Con cinco años unos maestros vieron que me gustaba muchísimo pintar y le comentaron a mis papás que tenía una habilidad muy natural. Empecé a ganar premios y becas desde los 8 años, a los 12 conseguí una beca para estudiar en la Unión Soviética. Cuando regresé de ese viaje, le comenté a mis papás que si pudiese pintar toda mi vida sería muy feliz. Y eso marcó una pauta en mi vida. Crecí en el este de Los Ángeles y estar ocupado con la pintura me ayudó a no meterme en problemas con mis amigos, evadir un poquito la vida de pandilla… la pintura fue algo que me salvó la vida y me dio un sueño que podía seguir.

El lenguaje plástico comunica, seduce, nos invita a reflexionar y a crear. ¿Cuál es la finalidad esencial de sus producciones?

Me gusta mucho contar historias muy específicas de donde soy, de la vida cultural que he vivido entre Estados Unidos y México y compartir mis experiencias con otras generaciones y personas nuevas que no sean exclusivamente de mi círculo social, que han vivido o están viviendo lo mismo que yo, para dar esperanza de que las cosas son posibles.

Cuando habla de introspección, esa mirada hacia el interior, ¿qué desea plasmar?

Ahorita esta exposición se convierte en algo muy personal, de viajes míos, de investigaciones que hago para nuevos proyectos y, más que nada, aportar las narrativas que se me presentan o que voy descubriendo, muy enfocadas en la fotografía y pintura. Especialmente, estos dos años de pandemia he estado en el estudio, en casa, teniendo más reflexión sobre las obras y las memorias que quiero plasmar. En esta exposición he querido disfrutar más del proceso, de los paisajes, de las amistades.

En este momento se acerca a lo cotidiano, al paisaje, a la conexión íntima con lo natural ¿Qué móvil le ha llevado a reflejar estas vivencias sobre lienzo?

Siento que he estado de una exposición a otra, constantemente pensando en diferentes conceptos y maneras de producir. La pintura es parte de mi práctica. Hago cerámica, restauración, videos, dibujo y… también hago pintura. La pintura lleva muchísimo tiempo por el fotorrealismo y la manera en que estás pintando y estos dos años fueron como la ventana para poder concentrarme.

¿Por qué denomina ‘Como la flor a esta’ iniciativa?

Una de las primeras salidas que tuvimos durante la pandemia fue el cumpleaños de un amigo y estábamos muy contentos de poder reunirnos. Mi amigo contrató un grupo de música en vivo y estábamos tan felices cantando…jaja. Una de las canciones que quiso cantar mi novia se llama “Como la flor” de Selena, la cantante estadounidense, y de ahí el nombre de la exposición. Refleja esa memoria de cantar y la alegría de ese día. Además, gente que había visto mis pinturas comentaban que, de lejos, las manchas parecían flores. Me encantó la conexión de la canción y la flor, y esa energía y felicidad que se proyectan en la imagen cuando la veo.

¿Qué ha supuesto para usted la pandemia?

En Guadalajara muchísimos artistas jóvenes se estaban quedando sin trabajo y empezamos a recibir solicitudes de empleo. Pensé que si tenía más ayuda podría terminar aquello que estaba atrasado. Creí que era buen momento para crear una comunidad y sacar este proyecto. Fue posible gracias a la ayuda que recibí estos dos años. Ellos me ayudaron a mí y yo los ayudé a ellos.

Si ahora conversara con pintores de otros países, diferentes estilos ¿qué podríais compartir?

Conecto de una manera muy especial con amigos que tienen sus estudios en diferentes lugares. Nos gusta mucho lo que representa la pintura. Creo que cada uno tiene su historia personal que contar, pero me gusta muchísimo la conexión. Nunca me he considerado pintor. Hago tantas cosas, que no me considero ceramista, soy más que nada artista. H