En los años 20 del siglo XX, Juan Carrasco Sanz con un carro y un barril vendía cerveza en el centro de Córdoba. Después de instalarse en varios lugares, definitivamente lo hace en un pequeño local en la calle Jesús y María. Allí, junto a su esposa, Hermógenes Ruiz, abre el Bar Correo, un negocio próspero desde el primer día. De esa fecha, 24 de mayo de 1931, se cumplen pronto 90 años. Toda la vida tras la barra y desde 1995, relevando a su padre José y a su tío Mariano, se encuentra Manuel Carrasco, auxiliado por Manuel (un empleado como de la familia con 45 años en la empresa) atendiendo a su numerosa y diversa clientela.

- Toda Córdoba conoce el Bar Correo, porque es una institución, pero por qué se le puso ese nombre.

- Mi abuelo eligió ese nombre porque en esta misma calle estaba el edificio de Correos, con su puerta giratoria, antes de su traslado a Cruz Conde.

- Este establecimiento, a través de los años, ha sido siempre fiel a su carta: cerveza y tapas de conserva...

- Creo que esa ha sido su personalidad, que nunca ha cambiado a pesar del vaivén de los tiempos. Antes se consumía anís y coñac porque todas las líneas de autobuses terminaban en las Tendillas y había mucha gente que acudía a trabajar a oficinas, bancos, consultas médicas y sobre todo los pescaderos de la Corredera. Tenemos clientes desde hace 70 años.

- ¿Qué clase de clientes han sido los habituales?

- A pesar de lo pequeño, todo el mundo tenía su sitio, aunque también ha habido clientes selectos como escritores, poetas, artistas y toreros, entre ellos Manolete en 1942. Por ser un bar abierto ha sido tradición que vengan políticos y que los alcaldes pasen a tomar su cervecita y su tapa.

- ¿Quién tiene el récord de beber más cerveza?

- Un cliente muy conocido se bebió en un día 33 cervezas y 33 tapas.

- ¿Qué tapas son su especialidad?

- De conservas: el berberecho, las navajas, las almejas, la caballa en escabeche y la ensaladilla de pimiento, pero con esta epidemia hemos tenido que reducir la carta. Lo habitual ha sido siempre tomar la cerveza en la calle haciendo tertulia y corrillos con los amigos.

- Pero con la pandemia ha cambiado ese hábito de consumir en la terraza...

- Lamentablemente no solo ha cambiado, sino que han mermado muchísimo las ventas. Nosotros hemos sido los que más cerveza han vendido en Córdoba pasando de los mil barriles anuales y descansábamos sábados por la tarde y domingos y festivos, con una media de tres barriles y pico al día.

- Han sido víctimas del covid-19 en el más amplio sentido de la palabra...

- Por supuesto. Antes, la calle estaba invadida, pero ahora hay que cortar y explicar que cuando se vaya despejando le servimos y hay quien se mosquea y no lo entiende. Procuramos por todos los medios que la gente esté separada como manda la normativa.

- La pandemia ha cerrado negocios ¿Le está ganando el pulso a la crisis?

- A base de dinero. He tenido que echar mano al colchón, menos mal que estamos dos y el negocio es chiquito. El que no haya tenido colchón o ha cerrado o lo está pasando mal.

- La fama de saber tirar mejor que nadie la cerveza siempre les ha acompañado, ¿cuál es el secreto?

- Cuatro conceptos: instalaciones limpias para que la cerveza no sepa mal, lavar a fondo el vaso para que no quede resto alguno, utilizar vasos solo para cerveza y sobre todo el frío, la cerveza tiene que salir del grifo a un grado o grado y medio y entonces está espectacular. Los vasos no se deben congelar, deben tener la temperatura natural.

- ¿Celebrará el Correo los cien años?

- Lamentablemente no hay familia que continúe. Aunque este bar es particular sería una pena que se perdiera porque forma parte de la historia sentimental de la ciudad. Pero 90 años es una buena edad y agradezco al público su cariño.