Tiene 22 años, no es una estrella del cine ni de la televisión, pero es un personaje muy popular en Murcia, sobre todo entre los adolescentes. José Luis Blanco Follana se ha reinventado y ha salido adelante en la vida cantando y bailando. Sufrió bullying en su adolescencia, pero ha perdonado a todos los que le hicieron daño.

Cuando sales a pasear por Murcia con José Luis Blanco Follana te sientes observado. A su paso se giran muchas cabezas, sobre todo entre los adolescentes. No es un deportista famoso ni un actor de reconocido prestigio; tampoco es un cantante con miles de discos vendidos. Follana es simplemente un joven de Murcia atrapado por la música que hace unos años se lanzó a cantar y bailar en las redes sociales, donde ahora tiene una legión de seguidores.

«Yo soy un showman». Así se define Follana, un chico que también ha sido la mascota de ElPozo, el popular Cerdinho con el que hacía las delicias de los más pequeños aficionados que acudían al Palacio de los Deportes, y ahora también desempeña el mismo papel en los encuentros del Real Murcia Baloncesto, encarnando a un león. «Soy gracioso, bailo, canto, hago reír a la gente, un showman», apunta.

‘Soy mejor’

Follana comenzó de adolescente a hacer sus vídeos y a cantar: «Con ocho años me gustaba bailar y a los 16 ya estaba haciendo mis propios vídeos cantando y bailando», recuerda. Se inició haciendo una adaptación de una canción del popular rapero puertorriqueño Bad Bunny. En lugar de Soy peor él canta Soy mejor. En el vídeo, que se puede ver en su canal de Youtube y que tiene ya casi tres millones de visualizaciones, se ve a Follana en el Teatro Romea y paseando por la ciudad de Murcia. Mi gente, Peligrosa y Carnaval son otros temas que ha hecho popular este murciano al que se puede ver a diario trabajando en Lizarrán, en Nueva Condomina.

Con más de quince mil seguidores en Instagram, desde que comenzó la pandemia ha ido incrementando su popularidad gracias a los directos que realiza. Se ha atrevido a entrevistar a Andy y Lucas, Pitingo, David de María y Salva Reina, entre otros muchos, a los que ha logrado sacar su parte más tierna. Porque él es así, natural, un chico que sufrió bullying en el colegio pero que nunca perdió la sonrisa. «Me intentaron hacer daño. Lo pasé un poco mal, pero a la vez había gente que me apoyaba. Llegaba a mi casa llorando y hundido, no tenía tantas amistades como ahora», recuerda sobre esa triste etapa por la que también pasan muchos jóvenes. «Pero yo siempre he sido positivo en la vida. Mi madre me dijo que fuera tan grande como el corazón que tengo. Ese mensaje de ser feliz y positivo es el que transmito a diario», explica Follana, quien nunca dijo nada en casa de los problemas que estaba viviendo, «aunque mi madre lo sabía sin contárselo, me lo veía en la cara, sabía que estaba mal pero no lo decía. Y cuando lo conté me ayudó, me cambió de colegio y me apoyé en la música para superarlo», dice. Dejó atrás ese duro trance «escuchando música y bailando. Así se olvidan los problemas y uno es feliz. Cuando estaba jodido aguantaba como un campeón, pero deseaba llegar a mi casa y poner la música porque era la mejor manera de olvidar», recuerda.

«He aprendido a olvidar»

Salió a tiempo de ese túnel de odio y represión, pero le afectó «a la hora de estudiar» y suspendió «algunas por los nervios y los agobios. Me dejaban solo, apartado, no tenía amigos, pero los profesores me apoyaban y también alumnos de un curso mayor que yo. Pero la gente que me insultó en el colegio ahora, cuando me ve por la calle, me pide perdón. Los he perdonado a todos, eso es pasado y ahora estamos en el presente con una sonrisa para vivirlo. He aprendido a olvidar las críticas cantando y bailando».