Fue un 6 de julio de 1573 cuando el sevillano Jerónimo Luis de Cabrera fundó a orillas del río Suquía la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía. El nombre elegido fue un homenaje a la tierra natal de la familia materna de su esposa, Luisa Martel De los Ríos.

Desde entonces, la Córdoba argentina, la primera en fundarse en América latina, presume por ser más poblada y más extensa que su homónima española, que dispone de mucha más historia, fundada en el año 169 A.C. por el pretor Claudio Marcelo, en las estribaciones del río Guadalquivir.

La Córdoba española refleja el protagonismo de las civilizaciones que la poblaron: romanos, musulmanes, judíos y cristianos. Éstos dejaron una profunda huella que le valieron cuatro declaraciones como Patrimonio de la Humanidad: Mezquita Catedral, casco histórico, fiesta de los Patios y Medina Azahara. Por su parte, la Córdoba de Argentina tiene una historia de apenas medio milenio, aunque mantiene intacto los testimonios del período colonial. Su legado religioso -la Manzana Jesuítica en el centro de la ciudad y el Camino de las Estancias en el interior provincial- también fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Ambas Córdobas, además de llevar el mismo nombre y de compartir el idioma, tienen algunas similitudes en cuanto a la forma del ‘ser cordobés’: el modo de hablar con un canto y tonada particular, algunas ‘eses’ que no se pronuncian, el humor, la simpatía y la amabilidad. También tienen algún parecido en el entorno natural, el clima y con esto, la producción de alimentos como el vino y el aceite de oliva. Con todos estos recursos, el turismo para ambas provincias son actividades económicas destacadas.

De aquel lado del Atlántico, Córdoba es la segunda provincia más grande de Argentina. Cuenta con 168.864 km² donde confluyen llanuras, sierras, valles, ríos, lagunas y embalses. Dispone de 26 departamentos, más de 427 municipios y comunas. La Córdoba, del sur de España tiene una extensión de 13.771 km² y cuenta con 77 municipios, cuya capital también es Córdoba.

La Córdoba argentina conserva importantes expresiones del patrimonio arquitectónico del país. El centro histórico de la capital reúne un conjunto de edificios provenientes de la época colonial y del siglo XIX. También destacan sus museos, monumentos históricos, la Media Legua de Oro y en el interior provincial, el Camino Real y las Estancias Jesuíticas.

La Córdoba española posee magníficos edificios, patios, caballerizas reales, museos, monumentos, castillos y callejas de flores. Son de visita obligada el Puente Romano, la Mezquita Catedral, el barrio de la Judería, Alcázar de los Reyes Cristianos, la Medina Azahara, el Templo Romano, entre otros.

La Córdoba europea se desataca por la elaboración de platillos mediterráneos (declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad) con un sello de identidad propia y alimentos con denominación de origen como el aceite de oliva, el vino y el jamón ibérico.

Por su parte, Córdoba argentina, cuenta con una variada gastronomía diferenciada por regiones. Tiene una importante tradición vitivinícola ya que las primeras cepas fueron plantadas en el siglo XVII en la zona de Jesús María, siendo los precursores del vino para misas el lagrimilla. Este vino era elaborado en América y enviado a los Reyes de España en Europa.

Hay infinidad de rasgos que pueden tomarse para poner en diálogo la identidad de una y otra Córdoba. Lo importante es que tenemos un igual denominador común que nos hace sentir orgullosos de ser cordobeses, en cualquier continente.