Los científicos están demostrando que hay virus por todas partes: en el fondo del océano, en cuevas a kilómetros de profundidad, por supuesto en animales y también en nuestro genoma, tenemos genes de virus. Estos minúsculos patógenos siguen siendo los grandes desconocidos, pese a haber sido capaces de haber cambiado el curso de la historia varias veces. Para paliar ese desconocimiento el estadounidense Carl Zimmer escribió 'Un planeta de virus' (Capitán Swing), que hoy llega a las librerías españolas. El multipremiado divulgador científico contestó a las preguntas de Faro.

-¿Recuerda el día en el que supo del nuevo coronavirus? ¿Qué pensó de lo que llamaban entonces «misteriosa enfermedad»? ¿Esperaba que se esfumase, como el SARS?

-Fue a principios de enero, un virólogo al que sigo en Twitter enlazó un artículo cuando China comunicó los primeros casos de neumonía. Como mucho, pensé que sería tan malo como el SARS o el MERS, que supondría una pequeña pérdida de vidas humanas antes de que fuese contenido.

-¿Cuándo se dio cuenta de que el covid-19 sería pandémico?

-Cuando oí que cerraban toda la ciudad de Wuhan me di cuenta de que era mucho peor de lo que había pensado antes.

-En España la mayoría de los periodistas de televisión y algunos expertos minusvaloraron la amenaza, diciendo en febrero y a principios de marzo que el covid-19 era como una gripe suave. ¿Se dijo también lo mismo en Estados Unidos?

-Tuvimos una mezcla de reacciones. Algunos prometieron que sería como la gripe, mientras que otros pudieron ver que tenía potencial para ser mucho peor. Era difícil estar en lo cierto exactamente sobre cómo iba a ser, ya que era un nuevo virus que los científicos estaban solamente comenzando a estudiar.

-Algunos periodistas y expertos que alertaron sobre el nuevo coronavirus fueron acusados de extender el alarmismo, incluso cuando llegaban informaciones horribles de China desde mediados de enero. ¿Cree que había un sesgo político que condicionó las informaciones sobre el coronavirus, como el que hay en torno al cambio climático?

-Después de haber escrito sobre virus emergentes durante años, estaba muy frustrado de que la gente no se tomaba en serio el riesgo del covid-19. Después, cuando la gente expresó impacto y sorpresa, me pregunté si habían estado dormidos durante los brotes de SARS, ébola, MERS y demás. No era político en la forma en la que lo era el cambio climático, al menos al principio. Era más una cuestión de ignorancia sobre los virus.

-¿Hay algún virus que sea tan raro como este en términos de amplitud de síntomas?

-El VIH es particularmente raro, porque abre el cuerpo a todo tipo de otros patógenos que de otra forma no podrían establecerse, desde hongos a virus causantes de cáncer.

-¿Si el primer brote se hubiera producido en Corea del Sur, Vietnam, Taiwán o Japón en lugar de China, podría haber sido contenido? En otras palabras: ¿Ofreció China la ‘tormenta perfecta’ para el virus, con una ciudad de 11 millones de habitantes [Wuhan], las vacaciones del Año Nuevo Lunar, la falta de prensa libre...?

-China manejó mal las primeras semanas de la pandemia, con autoridades que ocultaban el riesgo y después retrasaron la publicación de datos. Un gobierno más competente podría haber aislado el brote cuando unas pocas personas tenían neumonía. Aunque no hubiesen erradicado el coronavirus, podrían haber salvado miles de vidas ralentizando su expansión.

-Niall Ferguson, historiador de la Universidad de Stanford [EE UU], dice que esta pandemia no es un «cisne negro», un acontecimiento totalmente inesperado, sino un «rinoceronte gris», un hecho que todo el mundo vio venir pero fue ampliamente ignorado por las autoridades. ¿Está de acuerdo con él?

-Los científicos han predicho este tipo de pandemia durante 30 años. Publicaron estudios que explicaban como ocurriría. En mi primera edición de Un planeta de virus en 2011 escribí sobre esos avisos. Yo no era un profeta, solo estaba transmitiendo lo que los científicos podían ver.

-¿Cuál es el lado positivo de esta pandemia?

-El virus no es tan malo. Tiene una tasa de letalidad de cerca del 0.5 por ciento. El MERS, causado por otro nuevo coronavirus, tiene una tasa de letalidad de hasta el 30 por ciento. El virus del covid-19 será relativamente fácil de vacunar. Esto es un ensayo para cuando nos ataque otro virus, uno que seguramente será muchísimo peor.