-¿Puede adelantar algo de lo que nos podemos encontrar en su primera novela, ‘El Profesor’?

-El Profesor es un relato que combina la trama psicológica con el planteamiento de algunas tesis a lo largo de la narración que son fruto de la etapa de madurez en la que se encuentra el protagonista de la narración. Al mismo tiempo, se intercala alguna historia relacionada con temas actuales y alguna otra más pertinente a la propia memoria de Tomás que, como suele ocurrir, en etapas de madurez vital se encuentra más propenso al pasado o al presente que al futuro, más representado en el personaje de Elisa, en los hijos de Tomás o en Alejandra, su actual pareja, con la que mantiene una historia de amor de muchos años con sus idas y venidas, aunque fundamentada en el respeto mutuo. A todo ello hay que añadir un cierto ingrediente erótico justificado en el relato por la profesión de la coprotagonista. La vida, en cualquier caso, y como se muestra a lo largo de la narración, no es como la planeamos y siempre nos reserva algunas sorpresas. El elemento narrativo fundamental es el diálogo que transcurre entre los dos personajes principales y un narrador omnisciente que aparece en algunas partes del relato sin querer entorpecer el encuentro entre Tomás y Elisa, que es, sin duda, la esencia de esta historia.

- ¿En qué se ha inspirado?

-Cualquier texto que alguien produce siempre resulta de la simbiosis de distintas fuentes de inspiración, la propia vida, las vidas ajenas, la propia imaginación, etc. Ese conjunto de experiencias son mezcladas por un escritor para ofrecer un producto que siempre es nuevo, incluso aunque alguien escriba una obra que esté basada en hechos reales. La escritura ya es una interpretación de la realidad.

- ¿Hay algo de usted en alguno de los personajes o en la trama?

-En todos y cada uno de ellos hay algo de uno mismo, de lo que uno es, o incluso de lo que uno quisiera ser o no ser. Es imposible no volcar en el texto algo de uno mismo.

-¿Qué sensación o sentimiento pretende generar en sus lectores?

-Pues algunos y muy variados. Creo que en el relato se entremezclan una serie de sentimientos muy comunes entre los seres humanos, entre los que seguro que mis lectores podrán sentirse identificados. Quizás no con la propia trama, pero sí con los sentimientos que la misma trama va generando.

-¿A qué tipo de lectores va dirigido?, ¿a quien recomienda su lectura?

-A cualquier tipo de lector, eso sí, con un grado de madurez suficiente para comprender no solo el lenguaje que se emplea en ciertos pasajes sino también los propios mecanismos internos de comprensión del relato.

-¿Cómo ha sido el proceso de cambiar de lo que estaba acostumbrado a escribir a realizar una novela?

-Pues muy complicado, la verdad. No soy, de suyo, muy constante. Por eso el esfuerzo por llevar a buen puerto este proyecto literario ha sido grande, al menos en mi caso. No me he sentido especialmente incómodo en el propio cambio de registro lingüístico, pero sí en lo que se refiere a esta estructura textual que es la narrativa. Por eso no he querido embarcarme tampoco en una novela demasiado extensa, sino que el relato corto me ofrecía los parámetros ideales para embarcarme en esta aventura.

-¿Qué nuevos proyectos tiene en mente?

-Me he embarcado en una nueva historia cuya protagonista es una mujer humilde que tiene la imperiosa necesidad de reconstruirse a sí misma porque ha sufrido experiencias muy negativas y destructoras. Al mismo tiempo, estoy terminando otro ensayo titulado La inteligencia interior.