Juan Calmaestra Villén, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, participa mañana en unas jornadas científicas que celebra la Fundación Alicia Koplowitz en Madrid. Calmaestra es miembro del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia, equipo que lleva más de 20 años trabajando problemas de violencia en los centros educativos, y cuenta con más de 10 años de experiencia universitaria y 9 años de trabajo sobre cyberbullying, bullying (acoso escolar) y convivencia escolar. Un trabajo de este experto del 2008 fue el primero que se dedicó exclusivamente al cyberbullying en España. Su última investigación recogió datos de una muestra de más de 30.000 escolares de primero a cuarto de la ESO a nivel estatal sobre bullying, cyberbullying y factores asociados, bajo contrato con la fundación Save The Children. Ha participado a su vez en diversas publicaciones sobre este tema.

-¿Qué abordará en su conferencia?

-Los fenómenos bullying y cyberbullying, que son probablemente dos de los fenómenos de violencia entre iguales en entornos educativos que ahora más preocupan a la sociedad. Ambos son fenómenos sociales, que solo pueden explicarse entendiendo las dinámicas del aula y la configuración de la red de iguales. El papel que asuman el resto de niños y niñas que son testigos del fenómeno incidirá significativamente en el desarrollo de esta dinámica perversa. Desde una visión ecológica y evolutiva del fenómeno, explicaremos cómo se configura desde los 6 años, sus características y qué podemos hacer para paliar sus consecuencias y prevenir el fenómeno.

-¿El acoso escolar ha existido siempre o ha crecido con internet?

-Sí. Es tan antiguo como la escuela. El fenómeno bullying es muy dañino, incluso cuando se queda en el entorno físico y no salta al entorno virtual. Sí es cierto que la sensación de daño es mayor cuanta más gente tiene acceso a esas agresiones. Incluso la persistencia en el tiempo de la victimización se agrava al quedar en internet un registro perpetuo de las agresiones. Alumnos nos comentan que les daría más o menos igual padecer cyberbullying si no se enterara nadie, pero que si llegara a más gente les haría más daño que el bullying tradicional.

-¿Cuál sería el perfil más habitual de acosador en el ámbito escolar?

-No me gusta hablar de perfiles de acosadores. Eso hace que la prevención se pueda enfocar a unos determinados niños o niñas por tener unas características y no sobre los demás. Preferimos abordar la prevención con todo el grupo de escolares. Hay más porcentajes de chicos que de chicas en el rol de agresor y los agresores y las agresoras son más fuertes física, psicológica o socialmente que sus víctimas.

-¿Por qué antes se veían estas situaciones como algo normal y soportable y ahora cada vez se denuncian más?

-Porque afortunadamente hemos evolucionado en este aspecto. Ya no toleramos la violencia escolar. Antes era considerada por muchas personas como cosa de niños. Hoy en día ya hemos superado esa visión y entendemos que es un problema real que debemos afrontar en los centros educativos. Aunque queda trabajo por hacer en la sensibilización y concienciación de su gravedad. Los medios de comunicación y el rol que están asumiendo los políticos también está ayudando a dejar de normalizar la situación. En Andalucía a nivel político se están logrando muchos avances y los protocolos de actuación en supuestos de acoso escolar y de actuación ante situaciones de ciberacoso son de los más avanzados de España.

-¿Qué diría a quién piense que la víctima de estos casos es una persona débil o demasiado protegida?

-Que se equivoca y que, en alguna medida, está justificando a los agresores. La conducta de un agresor, que hace la vida imposible a otro ser humano, es inexcusable e intolerable. No podemos revictimizar a las víctimas. Aprender a base de violencia solo genera ciudadanos violentos e insensibles con los problemas de las demás. A veces pensamos que la victimización solo es dañina para las víctimas, pero los estudios nos indican que los agresores también tienden a desarrollar muchos problemas en su vida futura. H