Investigadoras del grupo Interpersonal Aggression and Socio-Emotional Development de la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Córdoba, han confirmado que la comunicación online adquiere un impacto cada vez menor en las relaciones sentimentales de los jóvenes adultos, a medida que avanzan en edad. En concreto, han corroborado que según se afianza una relación de pareja entre dos personas jóvenes adultas, estas van restando importancia al contexto online. Las expertas han analizado el grado de repercusión del ámbito digital y han concluido que el ecosistema online, formado sobre todo por herramientas de comunicación 2.0 como wasap, redes sociales e internet, tiene un impacto poco significativo en sus relaciones de pareja. «A medida que se avanza en edad, la influencia de lo online va teniendo menos impacto en la vida de pareja», asegura a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Sevilla y responsable de este estudio, Virginia Sánchez. Así lo recogen en el artículo Romantic Relationship Quality in the Digital Age: A Study with Young Adults, publicado en la revista The Spanish Journal of Psychology y que forma parte del proyecto Dat-e Adolescence, programa de prevención de la violencia en las relaciones sentimentales.

Este trabajo se ha realizado con una muestra de 431 personas, todos jóvenes de entre 18 y 25 años que en el momento de responder a la encuesta mantenían una relación de pareja. Los encuestados, de los que un 68,2% fueron mujeres y un 31,8%, hombres, cursaban estudios universitarios de 1º, 2º y 4º grado de diversas titulaciones como Medicina, Derecho, Psicología y Educación, con una media de edad de 21 años. «Hemos intentado que el muestreo abarcara las grandes áreas de conocimiento para que fuera lo más representativo posible», apunta esta experta. La encuesta integra indicadores de valoración formada por 31 apartados y una escala de satisfacción general con la relación de pareja. «Estos parámetros nos permiten conocer en profundidad qué uso otorgan los jóvenes adultos a las nuevas tecnologías en sus relaciones personales y sentimentales y nos avisa de posibles casos donde afloran conductas que pueden tornar en comportamientos violentos y agresivos contra la pareja», argumenta Sánchez. Las preguntas y afirmaciones de la encuesta han servido para extraer información relevante sobre si la relación de pareja es positiva o negativa para la persona que participó en el estudio.

Por otro lado, también han centrado su análisis en aspectos como la intimidad online en la relación sentimental con el fin de verificar si pasar tiempo conectados juntos impacta en la satisfacción general de la pareja. «Acciones tan cotidianas como hablar de la relación de pareja vía móvil, compartir fotos con la pareja, enviarle correos electrónicos... todo ello nos orienta sobre si dos personas tienen una relación positiva o hay indicios de conductas que pueden afectarles negativamente», aclara Sánchez. Según el estudio, las parejas jóvenes adultas que siguen esta tendencia se sienten mejor con su relación. Pero existen otras dimensiones del entorno online que influyen de manera negativa en la relación sentimental, como ciertas «prácticas de cibercortejo», como el flirteo online. «Aunque es una práctica muy común entre los adolescentes, para los universitarios resulta negativa para la relación de pareja», señala la responsable de la investigación. Otro hábito online que afecta a las relaciones de pareja es la intrusividad. Llamar o tratar de contactar con la pareja y que esta no responda genera nerviosismo a muchos de los jóvenes encuestados. Averiguar la contraseña y mirar el contenido de los correos electrónicos a la pareja se considera intromisión en la intimidad del otro para los estudiantes universitarios, pero entre los adolescentes es una prueba de fidelidad.

El estudio pone de manifiesto que el contexto online adquiere cada vez más importancia en el desarrollo de las relaciones personales y de pareja. «Nuestro comportamiento, ya sea a través del móvil o de otros dispositivos digitales, también afecta a las relaciones sociales y los jóvenes adultos lo perciben como una forma más de disfrutar en pareja».