Periodista y escritor, desentraña en 'Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país' los líos del cantante con la dictadura y su amor por Ava Gadner

--Tempestuoso, volátil, depresivo, disciplinado, genial. Así dibuja a Frank Sinatra.

--Sinatra dijo de él mismo que era un maniaco-depresivo del 18. "Cuando estoy arriba, estoy muy arriba; cuando estoy abajo, estoy hundido". Según su evangelio, este temperamento le ayudaba para la sensibilidad.

--Llegó a España persiguiendo a Ava Gadner por ventas y tablaos. Y se vio compartiendo noches de juerga con Luis Miguel Dominguín.

--En la Navidad del 53. Ava coge un avión y se planta en España. Y él, aunque ya están separados, la sigue. Tuvo que interpretar Stormey Weather -nunca hay buen tiempo cuando mi chica no está de mi lado- en Villa Rosa, con una guitarra flamenca y ante golfos selectos. Se fue a dormir y los demás siguieron hasta la madrugada.

--Vivía un momento bajo. Lo habían echado de la Metro-Goldwyn-Mayer, había roto su matrimonio y quería conquistar a la Gadner. Pero sus visitas tendrán un aire de fatalidad.

--Su mujer y madre de sus hijos, Nancy, implicó hasta a la iglesia católica, a sacerdotes y a terapeutas para no dejarlo escapar. Pero, tras un problema vocal, encontró la excusa para venir a descansar a España... donde rodaba Ava Gardner. Algunos titulares de la prensa decían: "Sinatra y Gardner coinciden, les une una bonita amistad".

--En cada borrachera, perdía un collar, pulsera o pendiente. Atendiendo a la cantidad de botellas consumidas, perdería un capital.

--No, no creo que perdiera tantas joyas. Decía que el dinero estaba para gastarlo y se aplicaba. Según Antonio Recoder, su representante legal en España, estaba bien administrada por su agencia americana, Morgan Maree. Por 55 días en Pekín , estrenada en 1963, habría cobrado 400.000 dólares libres de impuestos. Sinatra la ayudó cuando llegaron los problemas de salud y los tratamientos caros. Ya estaban divorciados.

-¿Qué cuenta en el libro como detalle más curioso o que no se supiera hasta ahora?

--El libro contempla el lenguaje de la época, dos perspectivas, la norteamericana y la española, y la vinculación entre Hollywood y el franquismo. Sobre este decorado se mueve Sinatra. Se aclaran algunas historias, por ejemplo, Chicote telefoneó a Dominguín y le comentó: "Acaban de entrar Lana Turner y Ava Gardner". Lana venía con Lex Barker; Ava estaba sola, con Sinatra lejos; y Dominguín con su asunto de entonces, la China Machado, que hizo de intérprete porque se hablaba inglés. La China hizo de celestina a su pesar.

--¿Qué huella dejaron uno y otra en Andalucía?

- Antes de ir a ningún otro lugar de España, el régimen paseó a Ava, en 1950, por la Feria de Sevilla para promocionar, por encima de los costurones, alegrías y fino con la estrella. Ava tuvo distintos incidentes, pero la leyenda de Sinatra se marcó en la Costa del Sol, donde, pese a que han pasado más cincuenta años, sigue viva su bronca en el Pez Espada y su lío con la dictadura.