Las que mayormente se han detectado han sido el milano negro, una de las rapaces más abundantes en Europa, seguida de la cigüeña blanca

Durante las últimas semanas el cielo se ha visto poblado de nuevas aves de paso. Descubrir pequeñas y grandes verdades sobre su vuelo y comportamiento no deja de conmover a los turistas, dibujando en el infinito sorprendentes imágenes. Aves capaces de viajar de Polo a Polo, de "comerse" a sí mismas para terminar la legendaria ruta, aves que conocen mejor que cualquier radar el lugar que sobrevuelan y al que se dirigen, aves que saben leer las estrellas, que reconocen los campos magnéticos, que sobreviven engañando a otras especies. Aves capaces de almacenar agua en su plumaje como si fueran mamíferos, en definitiva, de sobrevivir a un camino duro pero apasionante. Descubrir esto es una de las experiencias que más se están poniendo de moda. Turistas llegados de diferentes países europeos disfrutan en la zona del Alto Guadalquivir contemplando y viviendo esta experiencia.

Unos 20 colaboradores y aficionados a las aves se han dado cita todos los fines de semana en el monte público de la Sierrezuela, entre Villafranca de Córdoba y Adamuz, desde mediados de febrero a mediados de abril. Este proyecto ha tenido por objetivo determinar las especies de aves migratorias que realizan su ruta desde Africa a la Península Ibérica. Para ello, y en horario de mañana, varios ornitólogos estuvieron contando el paso de aves con clara dirección norte. Lo han llevado a cabo el Grupo Local de la Sociedad Española de Ornitología en Córdoba y el Albergue Fuente Agria (dirigido por CIC Batá) y es pionero en la provincia. La especie que mayormente se ha detectado ha sido el milano negro, una de las rapaces más abundantes en Europa, seguida de la cigüeña blanca.

En este seguimiento no solo se ha detectado el paso de las especies africanas que vienen a reproducirse en la Península Ibérica, sino que además se han detectado las rutas de salida de aquellas especies invernantes que se dirigen a sus cuarteles de cría en el norte de Europa, como es el caso del aguilucho pálido o el milano real.

En total se han contabilizado más de 21.000 aves durante 16 días de seguimiento, lo cual da una idea de la importancia que tiene la provincia de Córdoba como ruta migratoria, una vez que estas aves han cruzado el Estrecho de Gibraltar.

Por otra parte, el albergue Fuente Agria de Villafranca de Córdoba ha sido la base de operaciones de esta segunda temporada de seguimiento. Con ello, este alojamiento turístico ha puesto la primera piedra en materia de turismo de naturaleza, pues ha recepcionado a turistas y colaboradores de este proyecto en fórmula de alojamiento y servicio de restauración.

Este fenómeno natural que se repite año tras año pretende ser aprovechado turísticamente por la gestión actual del albergue, además de dinamizar el turismo de la comarca del Alto Guadalquivir en base a un recurso natural como las aves.