El escritor publica 'Otra vida para vivirla contigo', que cuenta la relación entre un concejal gaditano y un escritor maduro. ¿Autobiografía?

--Almudena Grandes ha escrito que su novela es "el testimonio de un país donde todos los amores son iguales".

--Pues sí, afortunadamente. Al menos de forma legal y cada vez más de forma social todos los amores son iguales. Tanto los felices como los desgraciados.

--Dice también que "borda el español mientras lo escribe".

--Intento escribir bien. Creo que es la obligación fundamental de un escritor. Si además lo bordo...

--Todo en su novela está basado en cosas horribles que han dicho sobre usted. Ha confesado: "Me enfadé, después me reí y más tarde escribí la novela".

--Me parece un proceso muy sano, saludable y capaz de sanearte. Al principio te enfadas porque no lo puedes evitar pero luego te ríes, que es una manera de seguir adelante. Y al final da para escribir una novela que espero sirva para que la gente se ría y se emocione.

--Tal como le ocurrió a Truman Capote con 'Plegarias atendidas', ¿habrá quien se vea reflejado en sus personajes?

--Sí, pero es un efecto localista. Cualquier lector que no sea de mi pueblo no tiene por qué identificarse. Simplemente, divertirse o irritarse o emocionarse.

--Usted pone título a las novelas antes de escribirlas. En esta última le ha echado una mano su amigo Joaquín Sabina.

--Sí, porque en principio pensaba titularla La vida para vivirla contigo . Y él me dijo: "Eduardo, convéncete, cambia la vida por otra vida". Y él tiene razón. Hay un punto misterioso, intrigante.

--El argumento versa sobre la disyuntiva entre la pasión eterna y la estable vida conyugal. ¿Con cuál se queda?

--Yo, con la pasión eterna. Entre otras cosas, porque todo amor es eterno mientras dura. Cuando ya no dura, ya no es eterno. Pero entonces, qué más da.

--Los boleros y las rancheras ponen música a esta historia.

--Quería contar una historia que se pudiera cantar en un bolero o contar en una ranchera.

--El escritor alterna la realidad y la ficción. En este caso, ¿la vida le puede a la literatura?

--En este caso, la vida está en la raíz de la literatura.

--Dice que es una historia de amor desigual y envidiable.

--Sí. Es una historia de amor igual a cualquier otra. Diferente y desigual, porque, bueno, son personajes muy desiguales. Yo he querido escribir una novela envidiable por cualquier hombre, mujer, gay, heterosexual, mayor o joven.

--¿Qué vive ahora que mañana pueda ser novela?

--Siempre digo que no tengo imaginación a la hora de escribir. Que primero vivo y después escribo. Y de las cosas que estoy viviendo, seguro que hay algo que, en un momento determinado, me despierta el interés por escribir una novela.

--La vida enmascarada ante situaciones ficticias.

--La vida tiene algo de ficción siempre, porque la vida no es solo lo que vives. Son tus sueños, tus fantasías, son tus deseos. Y muchas veces eso tiene parte de ficción, pero es nuestra vida. No es solo rastrera. Nuestra vida es radiante también.