Durante mes y medio y a lo largo de 1.200 kilómetros, Antonio Cañizares ha logrado la gesta de hacer a pie el camino que une su localidad de residencia, Torrecampo, con el santuario de Lourdes, en Francia. Un largo recorrido en compañía de su burro, Don Pepe. Ambos compartieron senderos y caminos andando, ya que en ningún momento montó al animal, su "compañero de fatigas".

Todo surgió después de que Antonio Cañizares tuviera que ser sometido a una intervención quirúrgica por un cáncer el pasado mes de diciembre. A partir de ese momento, "en agradecimiento por lo bien que me encuentro y para pedirle a la Virgen que no surgieran más problemas de este tipo", se marcó la meta de caminar hasta Lourdes con la única compañía de su fiel burro.

El trayecto lo comenzó el 9 de abril, escogiendo cañadas reales y caminos por el campo. Señala que su único apoyo "han sido los planos del Instituto Geográfico Nacional, con los que me he guiado", y cuenta, todavía sorprendido, cómo a lo largo de 700 kilómetros y hasta que llegó a Burgos en sus caminatas diarias no se encontró con ningún ser humano. "Tan solo me encontré en Cabezarados a un señor cogiendo espárragos". En su equipaje, solo dos mochilas, unas alforjas de lona, un toldo para la lluvia y algo de comida para el animal. Iba con un teléfono móvil, "pero en ocasiones no había cobertura y me encontraba desamparado". Antonio Cañizares reconoce que "ha sido una aventura más dura de lo que esperaba", que le ha servido para darse cuenta de que "la mayoría de lo que te rodea es banal y lo único importante es la familia y la salud".

A través de la Cañada Real Soriana, la ruta de Don Quijote o la de la Lana iba buscando pueblos o casas rurales donde descansar y fuentes en las que dar de beber agua a Don Pepe. Relata que "en los pueblos en los que había plaza de toros hablaba con los alcaldes o con la Policía Local y me dejaban que en los toriles dejara por las noches al burro con su heno y un poco de pienso". En otras ocasiones, su única opción era dejar al animal atado a un árbol.

Este trabajador prejubilado de la empresa constructora Prasa señala que Don Pepe se ha portado bien, "aunque cuando dice 'no' es que no, como cuando en Sant Jean Pied de Port tuve que dar la vuelta porque no quería pasar por un puente de madera". Tras cruzar la frontera por Roncesvalles y soportar frío, lluvia y viento llegó a Lourdes, "donde quería hacerme una foto con el burro en la explanada del santuario, pero no me dejaron". Aunque en un hotel próximo le permitieron dejar al animal en el aparcamiento de coches para que pudiera ver a la Virgen.

Antonio ya tiene antecedentes de caminar por España con Don Pepe, pues realizó el trayecto entre Roncesvalles y Finisterre en el 2009 y el camino a Santiago de Compostela por la Ruta Mozárabe en el 2011.