--Dicen que es usted uno de los mejores artistas jóvenes del flamenco actual. ¿No exageran?

--La verdad, para mí es un halago. Si lo dice la gente, estupendo.

--También he oído que no se parece a nadie cantando flamenco y que no encaja en ninguna escuela.

--Me alegra que digan eso, porque me considero un collage de muchos cantaores antiguos que me gustan.

--Conserva una grabación en cassette cantando fandangos con dos años y medio. O sea, que ya lo llevaba en la sangre.

--Sí, mi padre no sabía cantar otra cosa que fandangos y al final se me pegó.

--Enrique Morente es para usted el maestro por excelencia. ¿Alcanzó a decírselo en la cara delante de unos piononos?

--No delante de unos piononos, pero sí delante de un dulce de leche en Buenos Aires.

--Le gusta escuchar cantes antiguos y darles otra forma. ¿Pretende renovar el pasado o adaptar cada palo a sus propias cualidades?

--Yo creo que es más una adaptación, pero no es que lo pretenda. Me sale espontáneo. Escucho el cante antiguo y lo hago a mi manera.

--En los últimos años el flamenco se ha fusionado con otras músicas. ¿Le atraen estas mezclas?

--Me gusta escuchar todo tipo de músicas pero en este primer trabajo creía que debía hacer un disco flamenco tradicional.

--Lo que sí sorprende en 'Debajo del almendro' es la cantidad de cantes y estilos que domina y al mismo tiempo su carácter tradicional con arreglos musicales de hoy.

--Sí. Bueno, yo canto tradicional pero sí que lo hemos arreglado de una manera que suene un poco fresco para intentar también atraer a la gente joven.

--Domina cantes muy poco en boga hoy en día, como la soleá de Córdoba.

--Yo creo que es un cante precioso que no se suele hacer mucho, y la verdad es que cuando voy a recitales casi un 90% de las veces lo hago, a pesar de no haber grabado justamente ese estilo en el disco. Me parece un cante bellísimo, de los más bellos estilos por soleá.

--Hasta ahora cantaba para el baile. Era su sustento. ¿Da vértigo cuando uno da unos pasos adelante?

--Yo disfruto cantando atrás y cuando me dan oportunidad de estar adelante intento aprovecharla porque realmente me siento mucho más libre. Entonces no da vértigo. Al revés, me hace muy feliz.