--Tiene pinta de haberlo pasado muy bien escribiendo ´El cráneo de Akenatón´.

--Sí. Por una vez he puesto todos los disparates que se me han ocurrido. Y eso siempre divierte.

--Habla de ceremonias de hombres que comen cerebros humanos para aumentar la inteligencia. ¿Qué pasa si un lector se lo toma en serio?

--Pues que se pondrá a estudiar mitología y antropología. Es decir, le puede ir muy bien.

--¿Y no es mejor que se lo pase bien leyendo y punto?

--Que lo pase bien, claro. Pero que también se le dispare curiosidad. Ojo, no quiero convencer a nadie de nada. No pretendo que nadie se tome en serio una novela. No como contenido. Como forma, sí.

--¿Alguna tribu hace o ha hecho ese tipo de ceremonias?

--Han aparecido cráneos trepanados, pero no estaba claro para qué hacían el agujero. En algunos países asiáticos, además, se comen cerebros de mono con fines afrodisíacos.

--Pero eso va más allá de la ciencia.

--Es que las otras ciencias ya me las sé. Me sé lo que enseñan en la universidad y lo que está escrito en los libros de texto. Repito, yo no me creo lo que cuento en el libro, pero son elementos imaginativos para jugar en una novela. ´El cráneo de Akenatón´ no es un ensayo.

--Destila mala baba contra el mundillo universitario.

--En absoluto. He formado parte del mundo académico muchos años y me ha dado grandes alegrías. Siempre me ha gustado saber y aprender. Lo que pasa es que los académicos deberían ser personas de mente abierta.

--¿Mucho ego en la universidad?

--Sí, pero como en todas partes. Para empezar, los escritores.

--Sitúa la novela, en parte, en El Cairo. Deme una razón para visitarlo.

--Uno de los personajes da la clave: "El Cairo es el principio de todo". Ir a esa ciudad supone volver a nuestros orígenes y verlos en estado puro.

--¿Por qué escogió a Akenatón de entre todos los faraones?

--Porque me parece un tipo raro. Tenía un físico extraño, un cuerpo de hermafrodita. Su cabeza era como una pelota de rugby y así quedó reflejado en las esculturas. Además, fue el faraón que inventó el monoteísmo.

--Hablemos de religión y de su lucha contra la ciencia.

--Ambas disciplinas deben ser complementarias, no sustitutivas. La ciencia ha hecho a mucha gente prescindir de la religión y ahí se han equivocado. Las religiones dicen cosas absurdas, sí. Pero cubren necesidades psicológicas que siguen estando ahí. Lo que pasa es que no nos puede servir lo mismo que servía a gente que cuidaba cabras en Palestina. Necesitamos otra religión, otra mitología.

--¿Por qué existe la necesidad de creer en algo?

--Es que a lo mejor hay algo más, aunque no tenemos acceso a ello con nuestros cinco sentidos.