Ya conocen la vieja frase, que no nos falten nunca las viejas frases, que ayer fue el día del idioma español. Digo que recuerdo aquella frase que decíamos de niños: Del coro al caño, del caño al coro. A ver si nos equivocábamos, y si así era, pecado, era pecado. ¡Tiempos de niños! Por eso, y porque es actualidad, lo del titular perolero , que también podía haberse llamado "Verano del 2009", porque ya lo estamos disfrutando y sufriendo.

Se lleva el cáñamo en la suela del zapato, de la sandalia. En las damas, quiero decir. Es fresco, natural, y hasta la reina lo lleva. Servidor recuerda de sus tiempos niños, esparto para las alpargates --así, alpargates y no alpargatas-- de los días normales, y cáñamo para las festividades. Ahora, aquello ya pertenece al lujerío , hermosa palabra inventada por Inma Casal en su programa, inolvidable, Contraportada .

Gracias a El Pele, por lo que sobre este anciano de la palabra dijo a nuestro Cremades, que me dicen va a llevar a partir de julio las mañanas de la radio de Canal Sur, en el descanso merecido, hasta septiembre, de Tom Martín Benítez.

Así que, gracias Pele. Me lo he ampliado y lo he puesto en lugar de honor entre los libros, para que mis nietos sepan quién es de verdad su abuelo, que el Pele lo dice...

Más oro sobre el cáñamo. Atención Córdoba, que está llegando Cristiano Ronaldo. Me aventuro a predecir que, más de un lunes o martes, pero nunca sábado ni domingo, se dará un garbeo por aquí el futbolista. ¿Por qué lo digo? Intuiciones de lo que le gusta al astro. Sabores, amores, tipo de temperatura tipo, de dama... Me lo ha dicho un españolito que le acompañaba aquel día de las fotos de Interviú.

Oro en el paladar, de Ana Rosa Quintana, que ha confesado que en la cocina: el salmorejo. A ser posible con la receta que sobre esa joya de nuestra corona, que hasta tiene, por tener, cofradía, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

Y Liébana, con tres o cuatro sabores más en su apartado de sorpresas. Primero, acaba de cumplir 88, está preparando el "aliento de las estatuas" y en unos días presenta un libro sobre flamenco en la ciudad sonora del pueblo de Matías Prats. Y por si fuera poco, ha acabado un retrato que le ha hecho a Carmen Calvo.

Y termino cordobeses, gracias a esa dama, desconocida, que sé que a distancia y en silencio se ocupa "de que una vez por todas se me cure el herpes del que todo el país ya sabe". Conozco su nombre, tengo su teléfono, pero me no me atrevo a llamarla, y espero, vaya si espero, el milagro. No sería el primero que Córdoba hace por mi. Como aquel del hermano Bonifacio. Pero esa plata sobre esparto la guardo para mis memorias, que ya revientan con tanta Córdoba, tantísima, dentro. Y después de la hermosa noche, lo que ya dice el refrán: Córdoba tiene tres noches/ que no las tiene Madrid/ nochebuena, nochevieja/ y la noche del jazmín...