--Rafaela Carrá le invitó a su programa italiano ¿sigue tan acelerada?

--Sí, tan enérgica como siempre. Es una mujer encantadora que irradia energía.

--Acabará cantando en italiano.

--Me lo han propuesto y no estaría mal, serían sólo frases y estribillos. Hay un proyecto ya en marcha.

--Viajar sí que da mundología.

--Lo que más. Otras costumbres, otras gentes- pero sobre todo vivir. Y la calle que es la que más te enseña.

--¿Los cantantes notan también la crisis?

--Claro. Como lo primero que se recorta son las cosas de ocio, somos los primeros en caer.

--Usted tuvo que suspender hasta una gala.

--Sí, porque la productora que nos llevaba quebró y tuvimos que suspender un concierto que me hacía mucha ilusión en Barcelona.

--¿Dónde gana más, con los discos o con las descargas del móvil?

--En derechos de autor se están igualando. El futuro será para el móvil e Internet. El disco está agonizando. Dame Cariño ha superado en derechos por descargas al disco entero.

--¿Su afición al fútbol le hace sufrir más que gozar?

--Yo no soy un sufridor. Llegué a jugar en Preferente, pero si perdemos soy de los que dicen "el domingo que viene será".

--Pero hacer el himno del Sevilla, ¿no le ha quitado clientes béticos?

--Me lo advirtieron un millón de veces, pero eso fue un homenaje a mi padre, y si El Arrebato se caracteriza por algo es por su sinceridad y honestidad, y si soy sevillista, soy sevillista.

--¿Le hubiera gustado ser futbolista más que cantante?

--Pues sí. Yo soñaba con ser futbolista y ahí estuve un tiempo pensándolo, pero supongo que se me dio mejor la música.

--El apodo le vine por el diablillo que era. ¿Qué le arrebata hoy?

--Mis hijos, la inquietud de que todo les vaya bien, de que aprendan. Yo soy muy inquieto, todo lo vivo con mucha intensidad.

--Pero esa sonrisa traviesa-

--Todos los que nos dedicamos al espectáculo tenemos mucho de niños. En la mente sigue aquella fantasía, sigo siendo aquel arrebatillo.

--Es usted un optimista impenitente. ¿Dice "Hoy todo va a salirme bien", y le sale?

--Sí, porque soy optimista y conformista. El secreto está en que me conformo con poco. Si un proyecto no me sale pienso: está bien, he aprendido algo.

--¿Se atrevería a cortarse el pelo como hizo Bisbal?

--Una vez me lo cortaron con 16 años y del disgusto ya no lo hicieron más. Ahora estoy un poco preso de mi imagen. Tal vez de mayor-

--Siempre que viene a Córdoba llena-

--Sí, ¡y me da una alegría!- Siempre he dicho que si mi gente no viviera en Sevilla mi ciudad para vivir sería Córdoba, porque lo reúne todo. Te lo digo con sinceridad.

--Y a usted, ¿qué le llena de la vida?

--Haber creado una familia. Eramos 8 hermanos, mi padre murió y mi madre cayó enferma y mi familia se desperdigó. Siempre he querido una familia unida, y que ahora vengan todos a mi casa es mi mayor orgullo.